Hay algunos que no pueden ni soportarlo. Entonces comienzan a aislar al abuelo, a la abuela, a la madre o al padre, porque está viejo, porque sus modales ya no resultan tan agradables. Lo que se debe tomar en cuenta es, básicamente, el sufrimiento que se produce en la persona adulta mayor. Todas las relaciones tienen sus problemas, también las relaciones de hijos con sus padres ancianos. A veces, los hijos les pierden el respeto, quizá inconscientemente; quisieran que siempre fueran los mismos, que tuvieran el control de todo hasta el fin, que hicieran lo que hacían antes; es difícil resignarse a aceptar la necesidad de ayuda que van teniendo los viejos.
Nadie nos puede garantizar que vamos a poder vivir siempre igual, bien, en orden, controlando nuestra vida hasta el final de nuestros días. Pensar en que un día llegásemos a requerir de ayuda, de una cuidadora, de una enfermera, de movernos en una silla de ruedas, es difícil esa idea.
Por eso, la vejez es un verdadero reto para todos nosotros porque realmente consiste en enfrentarnos con nuestra propia verdad, en pensar si seremos o no dependientes y que lleguemos a requerir apoyo y ayuda de otros.
Por esto mismo es que debemos aprender a tratar con mucho cariño a las personas adultas mayores, comenzando con nosotros mismos.
Debemos siempre estar en una mejora continua de las relaciones humanas y entender que siempre estamos en un proceso de cambio y de transformación, pero viéndolo desde un punto de vista positivo.
También veamos que al hablar de la juventud podremos conocer nuestra postura ante el proceso de envejecimiento.
Hay que aprender a no tener rechazo a los viejos porque nosotros llegaremos a serlo.
Si vemos a los viejos desde un punto de vista religioso, el cuarto mandamiento dice: “Honrarás a tu padre y a tu madre”. Muchas personas piensan que todo depende de cómo les haya ido a ellos cuando eran pequeños, si sus padres les habían dado amor, cariño, protección, cuidados etc. Sin embargo, siempre nuestros padres serán las personas que tomaron la decisión de darnos lo más importante: la vida y que nos cuidaron y que gracias a ellos somos quienes somos.
Enseñemos a nuestros hijos a amar y respetar a los abuelos; hagamos que esa brecha intergeneracional desaparezca y unamos a nuestros hijos con nuestros padres y nosotros hagamos lo mismo; pongamos el ejemplo.
Invitamos nuevamente a todas las personas que nos siguen en esta sección a integrarse al diplomado “Características y técnicas principales del cuidado integral domiciliario e institucional para el adulto mayor con dependencia” que iniciará el próximo sábado 11 de junio de 9 a 15 hrs. en el auditorio de la Comisión de Derechos Humanos (Galeana 35, colonia Acapatzingo). Para mayores informes: 2303299 o por internet Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..