Valiosa reflexión de JCE
José: Gracias. Conozco a los paisanos de calidad como usted. Es cierto, la señora licenciada Bugarín (que no tengo el gusto de conocerla, menos tratarla) no se dirige a "la valiente columna", sé que no sólo a mí sino a otras gentes (comunicadores, políticos, empresarios, luchadores sociales) nos dan seguimiento puntual, órganos de inteligencia, policíacos y políticos del gobierno. Por ello preciso la multiplicación a través de la red gracias a buenos y tantos amigos y la aportación valiosa de este periódico. Considero que el caso Jethro los ha preocupado, desde diferentes dependencias y cuerpos policíacos de los gobiernos, pero en las líneas que envía la subprocuradora de la Siedo, queda claro que tienen conocimiento en "la justicia militar" del asunto, con lo que fortalece la versión que en personal de esa institución es donde se ve por última vez al joven desaparecido. La lógica indica que desde esas instancias debe partir la respuesta oficial al caso que inquieta, atemoriza y ya molesta a la sociedad morelense. Me veo obligado a compartir con mis lectores este tipo de respuestas porque al igual que mi amigo José Castillo Estrada, "no me chupo el dedo" y sabemos que tras esa reacción por el correo electrónico podría estar implícito –quien lo sabe más que quienes se lo propusieran, en su caso, si para bien o para mal, si es esto último tendrían que fabricarlo como suelen hacerlo-- que "un mundo nos vigila" y no lo hacen para protegerse sino en caso necesario causar daño. Qué gusto nos daría que a los jefes de las organizaciones criminales que tanto conocen y seguro hasta han dialogado, les dieran un seguimiento igual o mayor al que hacen sobre los que no les son cómodos.
Por otro lado, las condiciones que vive el estado y el país son complicados, los comunicadores lo sentimos y buscamos ser cuidadosos y, tiene que reconocerse con pena, no cumplimos cabalmente con el compromiso de ir al fondo en beneficio de la sociedad. Hay temor en el gremio, cada día tenemos que dar la cara. Sin embargo, como los padres de Jethro, sé lo que es perder un hijo --el mayor-- de manera violenta y sin que ver con crimen organizado o el gobierno. Fue un crimen de odio que, estoy atento aunque no confío en las autoridades judiciales (que encabeza, paradójicamente un viejo amigo, de muchos años, Pedro Luis Benítez Vélez, al que respeto y no me entrometo en su trabajo, con el que converso y exijo del caso, aunque conozco que este tipo de eventos no son sencillos y esperamos hagan su trabajo), tampoco he hecho investigaciones por mi parte, porque no soy policía y mamé principios en una familia modesta pero bien dirigida por unos padres responsables. No soy persignado pero creo en un Poder Superior. Insistiré, eso sí, que se haga justicia consultando y tomando la decisión conjunta de la familia, como tiene que ser.
La desesperación del gobierno por su poca eficacia, la cercanía de las elecciones, la alta posibilidad de la pérdida del poder, los torna peligrosos. Decían los ancestros: "dale poder a un tonto y enloquece". Podría ser el caso. Esto que inició como una respuesta personal a don José, espero me permita el mismo paisano compartirlo con los lectores. No es aguar ninguna fiesta. Simplemente la realidad que vivimos: no sabemos que es fiel y claro, tampoco cual el "entrelineado" y sus consecuencias, más si traen sello gubernamental. En tanto, que valga la ocasión para reiterar el compromiso de siempre que últimamente no se cumple a cabalidad porque los buenos y los malos se confunden --hablando de criminales y funcionarios-- y si son presos de la desesperación, cometen barbaridades. Lo dejamos anotado. Le dejo un abrazo respetuoso y caluroso don José y lo extiendo a los lectores de este espacio. Muchas gracias.