El gran Carlos Monsivais lo sintetizó de maravilla: “El Hartazgo”. Era claro que con una mediana actuación de los nuevos gobiernos, con un trabajo inteligente, el Partido Acción Nacional aprovecharía esa emoción contraria al PRI y duraría cuatro o cinco periodos presidenciales al frente del país. En casi 11 años –que se cumplen en menos de tres meses--, Acción Nacional se agotó, hartó a gran parte de la ciudadanía y Los Números de las últimas encuestas tácitamente reprueban y con una calificación bajísima el gobierno de Felipe Calderón.
¿Qué nos llama la atención? Que han sido tanto los epítetos y muchas verdades respecto al PRI, que las nuevas generaciones en este momento estarían fortaleciendo al PAN o a cualquier otro partido. Impresiona que sea el PRI el que tenga mayor movimiento en sus filas juveniles al margen de los descuidos nacionales para la renovación de dirigencias estatales o regionales. Hay en los diversos estratos un amplio movimiento de jóvenes ingresando o haciendo trabajo para el PRI, incluso en algunos donde en el pasado no penetraban: de la clase media hacia arriba. Por ahí andan. Y que le pregunten a cualquier especialista.
¿Por qué? Bueno, así, someramente, sólo con la base de lo que vemos, escuchamos y sentimos, el partido en el poder no se preocupó por el fortalecimiento de sus cuadros desde las posiciones de gobierno; entraron a un mundo fantástico donde la inmensa mayoría de simples ciudadanos, comunes además, de pronto se encontraba al frente y en el mando de decenas o centenas de personas. Afloraron viejos traumas, surgieron los complejos, nacieron nuevos “galanes” de la nada y perdieron rumbo y tiempo. ¿Los jóvenes? Conocemos, respetamos y bien calificamos a algunos muchachos emanados de este partido, del mismo PRD, cuya vertebración apunta a que se consoliden en el momento justo. Sin embargo, predominó el gusto por la burocracia que la pasión por la política. Existen excepciones, las vemos.
Mientras, tenemos dos casos que comentar sobre los jóvenes y el PRI:
Militantes del Frente Juvenil Revolucionario encabezados por el inquieto y capaz Jonathan Márquez urgen a su comité nacional que preside el diputado federal Canek Vázquez a que se renueve el comité estatal de los jóvenes priistas, que hace un año tuvo que darse. No es cosa local; simplemente que en la Ciudad de México, Canek Vázquez recuerde que en Morelos hay inquietud en un número creciente de muchachos y quizá la figura del morelense Jonathan se le atraviese porque fue éste –Márquez-- quien presentó una denuncia legal en el Tribunal Federal Electoral para mover lo que era el FJR nacional en su momento, por lo que quedó al frente Canek. Una acción legal, válida, necesaria, del morelense, hizo al que hoy se olvida de la renovación de su frente, presidente nacional del mismo. Seguramente se van a entender. Habrá movimiento y se pondrán a darle.
El otro tema juvenil del PRI es un discurso que vimos y escuchamos en Youtube (el link es http://www.youtube.com/watch?v=92L8v7Z9V1k) de la joven abogada Ana Karen Manrique Hernández, hace unos días en Jiutepec. Las generaciones que muchos suponíamos perdidas por la transición del año 2000, el PRI que veíamos muerto y que sólo generaba dividendos a unos cuantos vía prerrogativas, de pronto resurgen en la muchachada. Esta joven cuya presencia retornó a los inicios de Zita Sánchez, la morelense multicampeona nacional de oratoria, o a la maestra Emma Victoria Campos Figueroa que abría brecha luchando en terrenos predominantes de los hombres: las posiciones electorales locales y federales. Cuando Ana Karen detenía sus palabras para enfatizar segundos después, surgía en la imaginaria aquella delegada de la entonces dirección juvenil del PRI en Morelos, Beatriz Paredes Rangel, que vino a darle forma precisamente a lo que sería el fuerte sector juvenil de los priistas.
Es entonces cuando le hacemos caso a un político reposado que ve las cosas de manera simple: “Es hora de las mujeres y los jóvenes”. Seguro.