En uno de esos ‘papeles' reconocí la letra de mi papá. Es una hoja de un anotador que solía haber en casa para dejarnos mensajes cuando alguno de nosotros salía, y avisaba así horario de regreso, si había ido a comprar algo, si volvía para la cena. Teníamos la sana costumbre de saber por dónde andábamos. El tamaño de la hoja es pequeño: 16 centímetros por cinco. Lo suficiente para un mensaje. Mi papá falleció un año y medio antes que ella.
El texto encontrado es una cartita que él le escribió a ella como regalo del Día de la Madre. En ese entonces ambos tenían más de 70 años de edad y 50 años de casados.
Le pregunté y pedí permiso a mi hermano para compartirlo con vos, lector, lectora. Lo hago con la confianza e intimidad que nos regala esta columna.
El nombre de mi mamá es Marina y Orfilio el de mi papá.
Les regalo este testimonio:
‘Mi querida Marina:
Hoy es tu día, el día que lleva el nombre más representativo de todos, MADRE.
Hoy es tu día, que lo pases lo más feliz con todos:
tus hijos, nuera y nietos; que seas muy feliz.
Y no quiero quedar afuera también, con tu marido que mucho te quiere.
Tengo tanto que agradecerte por todo lo que hacés por mí, me hacés muy feliz.
Te quiero con toda el alma; sin vos sería la persona más infeliz de la tierra.
Vos estás tan dentro de mi corazón, que siento que el tuyo y el mío laten juntos.
Un beso de verdad. Que en este tu día seas muy feliz en compañía de los que hoy te acompañan y los que hoy no están, pero sí mirándonos desde el cielo.
Con amor, tu Orfilio’.
El Año de la Vida es también el año del amor. Y es cierto que no hay edad para el amor, la ternura, la alegría de la vida familiar. ‘Porque el amor que vence al tiempo no puede estar sino cubierto del espacio’, Francisco Luis Bernárdez.”
La gran mayoría de las veces a todos nos cuesta mucho expresar nuestros sentimientos, y es difícil especialmente para los adultos mayores expresar ternura o cariño, ya que algunos de ellos no los recibieron ni de sus padres ni de sus abuelos, porque fueron educados de alguna manera especial y al mismo tiempo no supieron transmitirlo a los hijos. En algunos casos, cuando aparecen los nietos, ellos hacen aflorar esos sentimientos y en algunas ocasiones se permiten expresarlos. Siempre hemos sido frenados en palabras y caricias hacia los demás y no expresamos lo que realmente siente nuestro corazón. A veces me parece que nos cuesta expresar ternura y cariño. En este mes de los abuelos, de las personas adultas mayores, hagamos el intento de expresar y decir lo que sentimos hacia estas maravillosas personas que tienen una gran historia, que están llenas de sabiduría y que, gracias a ellas, somos quienes somos. México está lleno de personas maravillosas, quienes nos pueden transmitir tanta experiencia y conocimientos. Aprovechémosles y festejemos con ellas este mes dedicado a todos los abuelos y quienes no lo son también y que son personas adultas mayores.
También les recordamos algunos de nuestros eventos para este mes:
En la Comisión de Derechos Humanos, el próximo martes 23, de nueve de la mañana a 13 hrs., se hará el festejo por parte de la Comisión y por parte de la Red de Personas Adultas Mayores; los días 25 y 26 serán las jornadas gerontológicas en la Casa Olga Tamayo de nueve de la mañana a 13 hrs. Y les recordamos nuevamente el Diplomado de Autocuidado y Prevención (estrategias saludables para tu vida futura) que se llevará a cabo en la Universidad La Salle del tres de septiembre al siete de enero en la modalidad semipresencial; para mayores informes, comunicarse con la Lic. Laura Cervantes en el 2303299 y 2895236.