En la actualidad, las personas mayores de 65 años constituyen un grupo poblacional muy heterogéneo, con diferentes estados de necesidad, que además evolucionan y exigen respuestas diversas. En consecuencia, se impone una oferta de servicios amplia y variada, en su mayoría, servicios de salud, que posibilitan la capacidad de elección de las personas mayores y sus familiares, así como una mejor adecuación entre recursos y necesidades.
Para atenderlos se requiere producir la convergencia entre los servicios profesionales de la salud y los sistemas de apoyo informal, de tal forma, que desde los primeros se provea de programas de intervención y servicios específicos de apoyo a los cuidadores informales. Se trata de hacer sinergia entre el cuidado informal y el cuidado profesional. Esto es una complementación estratégica muy valiosa.
Cuando hemos decidido llevar a nuestro familiar a un centro de día, es porque ya nos hemos percatado de que, en casa, prácticamente se encuentra solo y que la soledad conlleva a la enfermedad y ésta, finalmente, a la muerte.
Ahora un centro de día no es solamente una opción, sino algo que viene impuesto por la realidad de los hechos: hoy en día, las familias no cuentan con el tiempo que se requiere para dar atención a una persona adulta mayor; casi en todas las casas, existe, al menos, un adulto mayor.
Para el proceso de la integración de las personas mayores en estos centros, es importante tomar en cuenta algunos conceptos como: eficacia, eficiencia, políticas de salud, familia, vejez, grado de dependencia, etcétera.
Otro punto para tomar en cuenta es, si requerimos de un centro de día especializado, es decir algún centro que esté diseñado para adultos mayores que sufran trastornos mentales, que suponen alteraciones graves de la conducta que impiden la convivencia normal en un centro de día gerontológico habitual, y a estos centros les llaman, en ocasiones, Centros con terapia de respiro y que ayudan aliviar el colapso del cuidador primario o el familiar que se encarga del cuidado directo del adulto mayor.
El objetivo principal de un centro de día es ayudar a la familia, dándole un descanso durante el día, debido a que tienen necesidad de trabajar y por lo regular no cuentan con alguien que cuide a su adulto mayor y deben mantenerlo socializando para evitar, principalmente, el aislamiento, además de mantenerlo en un ambiente confortable.
Para ingresar a un centro de día, es muy importante y recomendable valorar las siguientes partes:
Una valoración de la salud física y mental.
Una valoración social.
Una valoración funcional.
Resumiendo, una valoración geriátrica completa.
Por otro lado, también es importante que el centro de día cuente con un equipo multidisciplinario para dar la atención adecuada y muy especialmente trabajar en equipo y contar con preparación suficiente para realizar bien su trabajo.
Los programas de intervención con los que deben contar los centros de día, deben estar perfectamente bien estructurados para ofrecer una variedad de servicios de salud, social y de soporte.
En estos centros de día, se fomenta la convivencia entre personas mayores a través de actividades socioculturales y recreativas, principalmente.
Pensemos que cumplen con un importante papel preventivo entre la población mayor, que este grupo de población está creciendo y que debemos hacernos a la idea, de que son una excelente solución.