Existen muchos signos iniciales de enfermedades generales, de complicaciones asociadas con otras dolencias y deterioros residuales de enfermedades crónicas que se manifiestan con frecuencia en el pie.
El pie es un verdadero espejo de la salud y puede brindar una cierta comprensión de los aspectos sociales y las necesidades de los pacientes.
El que un anciano pueda o no caminar por si sólo puede ser la línea que separe entre la institucionalización y la permanencia como miembro activo de la sociedad, manteniendo así la dignidad de la edad.
Tres objetivos principales deben tener los programas de salud del pie geriátrico:
•Limitar la invalidez.
•Preservar la máxima función normal.
•Restaurar el mayor nivel posible de actividad independiente en el paciente.
El hecho de preservar la ambulación puede ayudar al anciano a mantener su propia estimación y motivarlo aceptar sus propias responsabilidades en materia de salud.
El paciente geriátrico necesita la salud del pie para:
•Aumentar su bienestar social.
•Reducir la posibilidad de complicaciones médicas o quirúrgicas.
•Reducir la atención institucional.
•Reducir o erradicar la posibilidad de una hospitalización como resultado de una patología podal grave.
•Eliminar parte del esfuerzo y la tensión provocados por el malestar del pie.
En estos aspectos, el objetivo final consiste en mantener a las personas adultas mayores, en un estado que lo torne capaz de deambular hasta el máximo grado.
La prevención, habiendo estado adormecida durante mucho tiempo, ha recuperado hoy en día su valor. La prevención primaria, entendida como promoción de salud, es el primer paso en los jóvenes que serán los viejos del mañana, la prevención secundaria entendida como diagnóstico precoz debe ser el centro de nuestra atención con los ancianos, y por último la prevención terciaria será un buen medio para actuar en los programas de atención geriátrica.
CUIDADO DE LAS UÑAS :
UÑAS NORMALES
Son aquellas que no están engrosadas, deformadas ni manchadas. Un paciente puede recurrir al podólogo para que proceda al desbridamiento de las uñas, debido a imposibilidad física para alcanzar los dedos de los pies o por una afección como la diabetes o una enfermedad vascular periférica que requiera atención profesional.
Se debe aconsejar a los pacientes o a sus cuidadores que corten las uñas con un corte transversal recto, que limen los bordes siguiendo el contorno de los dedos y que nunca corten hacia los ángulos.
Una apropiada salud del pie repercute en la salud general del individuo. Se pueden prevenir muchos problemas importantes del pie, mediante una atención apropiada. La salud del pie es importante, si se quiere seguir caminando y permanecer activo.
En primer término, se debe evitar hacer aquellas cosas que aumenten el peligro de reducir la circulación en los pies. La presión, el frío y el hábito de fumar, tienen por lo general el mismo efecto en la zona podar. Son perjudiciales, porque tienden a reducir el flujo sanguíneo. Las actividades diarias que pueden producir presión sobre los vasos sanguíneos incluyen el sentarse con las piernas cruzadas, el uso de medias con elásticos y calcetines demasiado apretados.
Una segunda zona fundamental de prevención, incluye las grietas de la piel y la infección. Cualquier trastorno en la superficie dérmica, puede producir un proceso infeccioso, a menos que se instituya un tratamiento adecuado. Evitar baños de agua fría y también los de agua muy caliente. Tener cuidado con el uso de botellas de agua caliente así como mantas térmicas, por lo general, es conveniente evitar su uso. Un punto muy importante es cuando las personas adultas mayores se bañan, generalmente no secan bien los pies y el área entre los dedos y eso puede producir infecciones en las extremidades. Es un punto donde los cuidadores y enfermeras de residencias y centros geriátricos deben poner atención, ya que para ellos es muy difícil secar estas partes.
Las formaciones córneas y los callos no se deben cortar nunca personalmente si es posible pedir los servicios de un profesional calificado. No aplicar nunca antisépticos fuertes ni utilizar parches o preparados comerciales para los callos. Estos preparados son de naturaleza ácida y destruyen los tejidos. En todos los casos, producen una destrucción que va mucho más allá de su propósito originario. Una vez que exista una pérdida de tejidos, se producen aberturas en la piel y suele originarse alguna forma de infección.
Otras advertencias incluyen evitar exposiciones prolongadas al sol, la utilización de zapatos en estado ruinoso, o zapatos apretados o que corten o lastimen alguna parte del pie, el uso de medias muy gastadas, el tratar los problemas del pie con instrumentos agudos, cavar en las esquinas de las uñas y caminar descalzos.
Es imprescindible lavar los pies de forma diaria y utilizar medias o calcetines limpios. Se deben inspeccionar los pies a diario y verificar si existe enrojecimiento, ampollas, cortes o raspaduras, o grietas entre los dedos, así como decoloraciones y falta o alteración de la sensibilidad.
Es necesario utilizar zapatos lo más cómodos y adaptados posibles. La parte más ancha del zapato debe ser de dimensiones similares a la parte más ancha del pie. El zapato debe de seguir el contorno natural del pie y adaptarse de forma cómoda pero no apretada. Si el individuo padece alguna deformidad, se pueden necesitar hormas o zapatos especiales. La parte del calzado que contiene a los dedos debe ser redonda y alta, para que los dedos tengan espacio. La parte superior debe ser blanda y flexible, el revestimiento debe ser suave y libre de ondulaciones y pliegues. Los zapatos nuevos se deben usar durante breves períodos hasta que el paciente se acostumbra. Todas las correcciones en el calzado deben hacerse con asesoramiento profesional.
Las uñas de los dedos se deben recortar rectas nunca apuradas, dejando una pequeña distancia de aproximadamente 1 mm. hasta el lecho ungueal siendo limadas posteriormente. No se deben cortar hacia abajo las esquinas, ni escarbar en esas zonas..
Se deben exponer los pies al aire y al sol pero no en exceso y no permitir la exposición a la humedad, el agua y al calor excesivo.
La marcha es el mejor ejercicio para los pies. El médico puede aconsejar ejercicios especiales, en caso de imposibilidad de deambulación.
Siempre es conveniente asistir con el especialista, algún podólogo que pueda, regularmente, atender los pies de las personas mayores. Está prohibido rotundamente, que a las señoras mayores se les lleve a las estéticas o salones de belleza y ahí les realicen un pedicure, porque pueden tener consecuencias graves, si la persona no tiene conocimiento profundo de cómo realizar el corte de uñas. También se recomienda que las uñas de los pies no se les ponga esmalte, que también sería muy conveniente para las uñas de las manos, primero, para que la uña respire sin químicos y segundo, en caso de una emergencia, el color de las uñas puede decir mucho y al tener algún accidente o un ingreso a un hospital, si traen las uñas pintadas, pierden tiempo las personas para quitarles los esmaltes.
Las personas con diabetes deben visitar regularmente al podólogo para evitar el pie diabético.
Debemos hacer de la prevención una cultura importante en la salud de nuestros adultos mayores.