Adecuación del marco normativo. Me propuse actualizar la normatividad de nuestra institución, empezando por la Ley Orgánica, después el Estatuto General y, por último, los Reglamentos. Hay que recordar que la más importante ley de nuestra universidad tenía ya una edad madura: 40 años de existencia. Es decir, teníamos una ley que normaba a una universidad que ya no era la misma para la cual dicho mandato jurídico se había creado. Tengo información que me indica que incluso tres administraciones anteriores quisieron actualizar este instrumento normativo. Sé que se llegó a contratar a expertos para ello, pero fracasaron. En la última administración fui testigo del esfuerzo que se hizo para lograrlo. Se realizaron reuniones con todo el cuerpo administrativo de la rectoría anterior, además de la participación de los directotes de todas las unidades académicas. Yo mismo participé como director de la Facultad de Psicología en este intento fallido. El hecho de que la universidad siguiera funcionando de esta manera reflejaba la tendencia que tiene nuestro país a funcionar con normas obsoletas que contradicen la realidad y al mismo tiempo hacen que, frecuentemente, los ciudadanos estemos en falta y se aplique aquella frase que se atribuye a don Benito Juárez: “A mis enemigos la ley y a mis amigos la ley… y la gracia”. Cuando un país, un estado o una institución se salen del Estado de derecho, se presentan los mayores abusos y las más terribles injusticias. En un pueblo sin ley, cada uno de sus integrantes entiende las normas como mejor le convengan y siempre los que están en el poder tienen la ventaja. Es la ley del más fuerte y éste es el que controla a una población, a su antojo y de manera arbitraria. Esto no lo podemos permitir aquellos que pensamos que en una sociedad se requiere tener los principios de cualquier acto de gobierno regidos por la justicia, la equidad y el bien común. Bajo esta idea, entendimos que uno de los primeros actos a realizar en mi gestión sería el cambio de la Ley Orgánica. Antes que nada, en lugar de mantener un cuerpo de asesores, como se hace en muchas instituciones, la nuestra no era la excepción, “asesores” que en ocasiones constituyen la oportunidad de las máximas autoridades para darles “chamba” a sus amigos (no niego que algunos sean verdaderos asesores, pero creo que predomina más la vieja tradición de invitar a los amigos que no tienen trabajo y ningún atributo digno de ese apelativo), me dispuse a crear una Dirección de Normatividad Institucional. Contratamos a tres jóvenes abogados que dirigirían esta dirección, para que elaboraran el proyecto de la nueva Ley Orgánica, para así presentarla ante la Cámara de Diputados. Trazaron una ruta crítica en la cual participaron todos los cuerpos colegiados de la universidad: el Colegio de Directores, el Colegio de Profesores, el Sindicato Independiente de Trabajadores Académicos, el Sindicato de Trabajadores Administrativos, la Federación de Estudiantes Universitarios, la Junta de Gobierno, una Comisión del Honorable Consejo Universitario, la Administración Central de la Rectoría, la Secretaría General, con el abogado general y la Dirección de Normatividad y Jurídica, las Secretarías Académica, de Extensión y Administrativa, así como la Coordinación de Planeación. Se llevaron a cabo varias sesiones internas, con la comisión acotada (Dirección de Normatividad y la Secretaría General) y con la ampliada (todos los cuerpos colegiados). Todas las sesiones fueron difíciles, tensas y duras, pero también había la convicción de que teníamos que cumplir con este compromiso universitario, por lo cual contamos con actitudes, de casi todos, muy propositivas y racionales. Así mismo, tuvimos importantes reuniones y acuerdos previos con los legisladores locales, no exentos de controversias, sobre todo con la Comisión de Educación del Congreso. Una vez que la ley fue elaborada, analizada y discutida por todas las partes, se llevó al Honorable Consejo Universitario, nuestra máxima autoridad colegiada, y se aprobó. Días después, una comisión mandatada por el Consejo Universitario la llevamos al Sr. Gobernador del estado, para solicitarle que la presentara ante la Cámara de Diputados del estado. Lo cual él hace gustosamente y en un ambiente de fiesta acudimos al Congreso toda la comunidad universitaria, en un hecho histórico para el estado de Morelos y para la universidad. Finalmente, el día 21 de mayo del 2008 es promulgada la Ley Orgánica en el periódico oficial “Tierra y Libertad”, para entrar en vigor el día 13 de agosto de ese mismo año. ¡Misión cumplida! Hasta la próxima. Por una Humanidad Culta.
La Piel Dura
Lectura 3 - 5 minutos
La Ley Orgánica de la UAEM. ¡Misión cumplida!
El año se acaba y sé que debo cerrar lo prometido de mi balance de gestión. Me faltan tres puntos de los diez que fueron considerados en mi propuesta de trabajo de campaña por la rectoría, hace ya cinco años. Estos tres puntos finales son la adecuación del marco normativo, la imagen e identidad institucional y la coordinación con los sindicatos. Hoy haré un apretado análisis de los avances de la normatividad universitaria.
Inicia sesión y comenta