Las autoridades financieras del país prevén para el año 2012 un entorno económico internacional inestable y de lento crecimiento. Para México, un aumento del producto interno bruto (PIB) del 3.5%, inflación del 3%, tipo de cambio de 12.8 pesos por dólar y una generación de empleos de 500 mil.
Si bien es cierto que el entorno internacional no será favorable, Europa sumida en la crisis del euro, USA en peligro de una nueva recesión o en el mejor de los casos un magro crecimiento y el resto de los países verá disminuir el crecimiento, hasta los más dinámicos muestran signos preocupantes: Brasil mantiene una inflación reprimida, un abultado déficit en cuenta corriente financiado con capital foráneo, similar a lo que sucedió en México con Salinas de Gortari, y en China el sector inmobiliario está entrampado en una bomba especulativa.
Así, entre los economistas hay consenso: vienen tiempos difíciles; pero en cómo afrontarlos, hay grandes diferencias. La posición dominante en Hacienda y el Banco de México es que hay que mantener unas finanzas públicas sanas, una inflación controlada, reforzada con un dólar por debajo de los 13 pesos, lo que permitirá la llegada de capital al país y con ello dispondremos de recursos para crecer. Pero en el mejor de los casos es una estrategia que nos lleva a tasas de crecimiento insuficientes: este año se incorporarán 800 mil nuevos jóvenes a la fuerza laboral, y en el mejor de los casos se generarán 500 mil. De tal manera que harán falta 300 mil empleos, que se sumarán a los millones de desempleados ya existentes. Además ya no existe la válvula de escape de irse a USA como ilegal; antes bien en el 2011, por primera vez en años, hubo más jóvenes mexicanos deportados que los que lograron ingresar a ese país. De tal manera que muchos se convertirán en ninis; otros, en delincuentes; unos más, en ciudadanos frustrados y resentidos. En sí, no hay nada que celebrar.
Por tal razón, entre muchos economistas existe la sensación de que se está haciendo lo mejor que se puede y la razón de ese mediocre crecimiento nacional se debe a que el país es rehén de una clase política corrupta –a la cual se ve con cierto desprecio-- y que además se niega a realizar las necesarias reformas en materia educativa, laboral, energética, hacendaria; también se le atribuye culpa a los grandes empresarios: quieren seguir manteniendo sus respectivos monopolios y oligopolios en sus sectores. Son Slim, Azcárraga, Salinas Pliego no los únicos, pero sí los más conocidos casos. Pero si bien hay razones fundadas para que los profesionales de la economía tengan esa sensación, sí hay algo que podamos hacer y no sólo esperar a que haya una nueva crisis o hasta un estallido social para que entonces se hagan los cambios.
USAR EL TIPO DE CAMBIO PARA ACELERAR EL CRECIMIENTO
Es un error pretender tener el dólar a 12.8 pesos.
El viernes se estaba cotizando en 13.62 pesos
Las finanzas públicas están sanas, se prevé un déficit pequeño, menor al .5 del PIB. Luego entonces no tenemos el peligro de sobrecalentar la economía por gasto gubernamental.
La transmisión del desliz del tipo de cambio a los precios del consumidor es baja. Incluso el *subgobernador del Banco de México, Manuel Ramos Francia, habló de que no había *significancia estadística entre tipo de cambio e inflación. Es decir, no hay peligro de que un dólar por arriba de 12.8 pesos provoque un proceso hiperinflacionario.
*Con el tipo de cambio que estuvo este año, se espera que el déficit en la balanza comercial, contemplando el costo de los fletes superior a los diez mil millones de dólares. Luego si el tipo de cambio está por debajo de cómo lo estamos viendo ahora, se va a generar un problema en la balanza comercial, que al principio se va a financiar con capital externo pero al final volveremos a vivir la experiencia del 95.
Ventajas de un dólar cercano a 15 pesos o más.
1.- Se incentivan las exportaciones y se encarecen las importaciones. Es decir, exportamos productos y generamos empleos. Además se protegen los que ya existen.
2.- Se fortalece el mercado interno. En turismo, producción industrial, agricultura. Se importa menos por caro y se produce más en el país.
3.- Con el superávit en la balanza comercial, se generan dólares y se podría pagar la deuda externa. Ahora hay más de 144 mil millones de dólares en reservas del Banco de México. El ahorro por el pago de intereses se puede usar para invertir en educación o infraestructura.
4.- No dependemos del capital golondrino que sólo viene a especular, sino de capital que vendría a invertir en fábricas y generar empleo, dado que el tipo de cambio hace atractiva la inversión productiva en el país.
En conclusión, sí se puede crecer a tasas mayores, fortalecer el mercado interno, generar más empleos, pagar la deuda si usamos el tipo de cambio como un instrumento de desarrollo del país. Desgraciadamente todo indica que es más importante tener un dólar barato y no un crecimiento acelerado. El tiempo nos lo dirá.
Estimados lectores, hasta el próximo lunes. Esta columna se publica en diversos medios impresos y en la dirección electrónica www.poderydinero.com.mx. Gracias.