Por ello la importancia de que quedará nuevamente al frente del Poder Judicial, para poder continuar con esa pelea jurídica, que a continuación le detallaré para que usted se dé una idea de todo lo que está en juego en el Poder Judicial.
Esto tiene que ver con la designación de seis magistrados _que no han podido tomar posesión del cargo_ y que implicaría que Rosas Pérez perdiera el control del TSJE, en otras palabras, si éstos funcionarios estuvieran ya despachando entonces difícilmente el jurista hubiera asumido la presidencia.
Pero esto va más allá, y para que usted tenga una idea de ello, le enumeraré cada uno de los puntos que se dirimen en el máximo órgano jurisdiccional del país, después de que la pasada Legislatura, con una mayoría panista abrumadora, realizara reformas constitucionales para quitarle privilegios a los magistrados.
Antes, por ejemplo se designaban a los magistrados por un periodo de 6 años al término del cual, si eran designados de nueva cuenta, adquirían la inamovilidad en el cargo hasta los 75 años, cuando debían jubilarse.
Con la nueva reforma se designan magistrados por un periodo de seis años y pueden ser designados por un nuevo periodo de 8 años, es decir ningún magistrado puede permanecer en el cargo más de 14 años.
Otro de los puntos que Rosas Pérez pretende mantener a toda costa, es que antes a los magistrados se les otorgaba el beneficio de la pensión con el último sueldo como magistrados o como magistrado presidente, es decir pensiones que van de los 80 mil a los 100 mil mensuales para magistrados y 106 mil pesos para el presidente.
Con la reforma que se combate en la Corte los magistrados no pueden jubilarse y sólo se contempla el derecho a un bono de retiro, que es de dos años de salario.
Se le quita también al presidente del TSJE, la posibilidad de designar magistrados, ya que antes el Consejo de la Judicatura remitía la terna al congreso para que se eligiera de entre ellos al magistrado, pero siempre iban dos candidatos débiles, para que los legisladores designaran al que ya había sido palomeado con anterioridad en el Poder Judicial.
Ahora, se establece que se tiene que emitir una convocatoria pública, en la que se puede inscribir cualquier abogado que cumpla con los requisitos.
Antes de la reforma los requisitos eran ser mexicano por nacimiento, residente en el estado durante los últimos diez años, preferentemente morelense; tener una antigüedad de cinco años con título y cédula profesional; no tener más de 70 años de edad ni menos de 35 años; cinco años de ejercicio profesional, o tres dedicado a la judicatura; reconocida honorabilidad y no haber sido condenado por delito intencional.
Pero ahora se le da preferencia a los morelenses, al señalar en la Constitución que el designado preferentemente tiene que haber nacido en la entidad, requisito por cierto que no cumple Rosas Pérez.
Otro detalle importante que se encuentra en la reforma tan incómoda para Rosas Pérez y sus incondicionales, es que antes no se establecía la duración en el cargo de presidente del TSJE, y ello ha beneficiado al actual presidente del TSJE, que lleva seis años al frente del Poder Judicial.
En la reforma se contempla un periodo de dos años con una sola reelección, es decir, nadie podrá durar en la presidencia del TSJE más de cuatro años.
Otro de los cambios propuestos es en el Consejo de la Judicatura, pues antes se integraba por un magistrado, un juez, el representante del Ejecutivo y el catedrático decano de la Facultad de Derecho, duraban cinco años en el cargo y podían ser reelectos sin establecer por cuantas veces. Pero ahora este órgano colegiado podría estar integrado por el presidente del TSJE, un magistrado, un juez, un representante del Poder Legislativo, y uno del Ejecutivo, que duraran en el cargo seis años, sin poder repetir.
Ahora, tras conocer a detalle el contenido de la reforma que se litiga en la SCJN, juzgue usted si fue benéfica la reelección de Rosas Pérez, quien ahora presume le ha dado autonomía al Poder Judicial, y puede ser, pero lo cierto es que sale a relucir que el señor busca los beneficios, y pretende eternizarse en el cargo.
De otras cosas…
Los diputados del PRI ya se echaron encima a sus aliados el G-5, integrado por los diputados del PRD, PT, Convergencia, Nueva Alianza y Verde Ecologista, que en total suman 9, pues estos pretenden arrebatarles la presidencia de la Mesa Directiva que tiene Othón Sánchez Vela. Lo peor que esto no permite avanzar en los acuerdos. Esta Legislatura nos debe mucho, no trabaja y cómo hace grilla. Hasta el próximo martes. Cualquier duda o aclaración al correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.