El inmueble será abierto hasta el 2022.
La restauración del Palacio de Cortés en Cuernavaca, tiene un avance del 85 por ciento a cuatro años del sismo que le causó graves estragos, pero no será abierto hasta el 2022, pues restan varias etapas.
Víctor Hugo Valencia Valera, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos, indicó que la reconstrucción de los 258 inmuebles históricos dañados en la entidad por el sismo del 2017 no resultará afectada por la desaparición del Fondo Nacional de Desastres (Fonden), porque los recursos asignados están “apartados”.
En entrevista, el funcionario federal recordó que el Palacio de Cortés sufrió grietas y otros daños. Además de esas reparaciones, se elabora un nuevo guion museográfico, que estará actualizado. Además, sigue pendiente la restauración de la pintura mural de Diego Rivera.
Explicó que este jueves se volvió a abrir sólo la sala (o auditorio) Juan Dubernard, que se encuentra en la primera planta del palacio, para actividades culturales, como el “Congreso Internacional de Cocina Mexicana, 500 años de mestizaje culinario” que se inauguró ayer en esta capital morelense. Sólo el auditorio estará funcionando, acotó.
Valencia Valera refirió que de los 258 inmuebles históricos que tuvieron daños por el sismo del 2017 se tiene concluidos 192 y en el resto, el porcentaje de avance es variado, pero en términos generales es del 74 por ciento.
Comentó que hay varios sitios que no se terminaron porque primero se trabajó con el seguro, pero en algunos casos no alcanzó ese dinero y posteriormente los proyectos siguieron con el Fonden, por cuya extinción ahora se trabajará con los recursos que asignó la Secretaría de Hacienda, que están reservados y que se liebran mediante otra forma administrativa diferente.
En el caso del Palacio de Cortés, también se mantendrá el cerco de la explanada frontal para protegerla, pues es un espacio muy codiciado por sectores comerciales y el inmueble debe ser respetado -dijo- porque es histórico pero también es turístico y la gente que viene quiere verlo y tomarse una foto en la fachada, por lo que se busca evitar que sea invadido.