Solalinde Guerra apuntó que la conclusión al describir lo que ha vivido la familia de Oliver Wenceslao, en específico su madre y su tía, es que han aprendido a ser fuertes y a luchar por cosas que valen la pena; "ya no es Oliver, ahora son las demás familias", agregó.
De igual modo, el activista destacó que "las mujeres conste que nos ponen el ejemplo, en medio de un país donde se ha sembrado el temor (...) donde te callan con el miedo o con el dinero" y aseveró que ambas, la madre y la tía de Oliver, son el ejemplo de como debiera ser la ciudadanía en México: "personas que aman, que creen y convencidas de lo que es justo".
También sentenció que los que ahora están protegidos tendrán que pagar las consecuencias de una mala función administrativa, además de hacer hincapié en que "lo que digan los poderosos no me importa (...) algún día se va a romper la impunidad, la gente no va a ser cobarde todo el tiempo".
El reconocido defensor de los derechos humanos se reunió esta mañana con el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro, y con los familiares de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández, así como con el escritor Javier Sicilia, fundador del Movimiento por La Paz con Justicia y Dignidad.
(Con información de Tlaulli Preciado.)
-Imagen: Job Vera.-