También el precio por tonelada de los granos disminuyó.

Región oriente.- Debido a la sequía que se presentó durante el temporal, la producción de granos básicos se desplomó en los municipios de esta región hasta en un 70 por ciento. Por ello, los campesinos se encuentran desesperados, pues además el precio por tonelada se encuentra por abajo respecto del año pasado, señaló Mauricio Rodríguez Pineda, presidente del comisariado ejidal de Cuautla.

Dijo que para evitar una severa crisis en el campo y, en consecuencia, en los precios al consumidor, es urgente la intervención de los gobiernos estatal y federal mediante un programa emergente para enfrentar las pérdidas.

Manifestó que, después de sostener reuniones con campesinos de diversos municipios, coinciden en que la producción de maíz y sorgo cayó hasta en un 70 por ciento, mientras que el precio del sorgo bajó de cinco mil 800 a cuatro mil 400 pesos la tonelada, lo que mantiene inquietos a los productores, quienes siguen esperando que la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) dé una respuesta a su petición de apoyo.

Rodríguez Pineda dijo que, en caso de no recibir ningún respaldo de los tres niveles de gobierno, la desesperación de los hombres y mujeres del campo los llevará a movilizarse para exigir mayor atención al campo, donde se producen los alimentos que consumen todos.

“En esta sequía vamos a tener una producción de sorgo y maíz muy bajo: de un 60 a 70% menor al año pasado. Pero, aunado a eso, por ejemplo en el sorgo, el año pasado iniciamos el precio de la tonelada en cinco mil 800 (pesos), y en este año empezamos en cuatro mil 400 la tonelada. Se van a ver muy afectados los campesinos, todos los productores, y si no nos ayuda el gobierno, vamos a tener que hacer manifestaciones, a alzar la voz y exigirle como lo están exigiendo los compañeros de Oaxtepec, Cocoyoc, la indemnización de sus tierras bloqueando carreteras”, destacó.

Hizo énfasis en que la falta de lluvias provocó que los granos de maíz y sorgo no se llenaran y la productividad bajara sensiblemente, al grado que de cinco a seis toneladas que se tenían de rendimiento por hectárea, bajó a dos o tres toneladas.

Por último, destacó que si la crisis estalla en el campo, los campesinos tendrán que vender las tierras, lo que reducirá la superficie cultivable, además de que habrá muchas dificultades en la adquisición de alimentos, que subirán de precio de manera exagerada.