Esta dependencia de salud tiene la misión de llevar el control de calidad de todos los lugares donde se lleva a cabo la venta de productos comestibles, así como de la vigilancia farmacéutica, centros de salud y servicios de agua potable, donde determinarán y analizaran la calidad vital liquido.
Al respecto, el coordinador de Protección Sanitaria Región III, Roberto Arrieta Gómez, destacó: “Cuando nos encontramos con establecimientos que no cumplen con las especificaciones sanitarias, dependiendo del resultado de los estudios del laboratorio, se aplicarán sanciones, de las cuales van de una multa o, en su defecto, puede llegar a una clausura total”.
Para no caer en estas anomalías se implementan capacitaciones al personal que se dedica al giro alimenticio de cómo se deben manejar los productos, para que cuente con la capacidad de detectar si son viables para su venta y ser aptos para su consumo y cumplir con los lineamientos establecidos.
“Estas supervisiones se realizan constantemente para proteger a los consumidores y en un momento determinado, si existiera una denuncia ciudadana, se le dará seguimiento jurídico. Por eso es muy importante informarle a los vacacionistas que se fijen dónde comen y en caso de tener una molestia o enfermedad gastrointestinal, acudir a la jurisdicción para apoyarles en lo que se requiera”, finalizó Arrieta Gómez.