Al hacer entrega de casi un centenar de títulos de solares urbanos en la colonia Otilio Montaño de Cuautla, el funcionario dijo que de esta manera se previene que broten las confrontaciones entre ejidatarios y comuneros.
“Para la comunidad es la certeza y la seguridad de que no después tengan que estar acudiendo a los tribunales agrarios, a pelear lo que ya es de ellos. Esto les da la garantía, la certeza, porque empezamos por la aceptación de la asamblea del propio ejido para separar de su ejido los asentamientos humanos que se están manejando y al titular le da la garantía de la certeza jurídica de quienes tengan la posesión de un ejido, algún solar urbano”, destacó.
Señaló que mediante el Fondo de Apoyo a Núcleos Agrarios sin Regularizar (FANAR), se está impulsando la certificación de parcelas en el campo de San Fernando en Tetelcingo del municipio de Cuautla y en Huecahuaxco del municipio de Ocuituco, donde se busca la posibilidad de certificar parcelas ejidales.
Al mismo tiempo, con el programa de atención a Conflictos Sociales en el Medio Rural (Cosomer), se resolvieron los problemas que se enfrentaban en la comunidad de Xicatlacotla, municipio de Tlaquiltenango, donde se acaba de entregar certificados a los poseedores de la tierra.
González García dijo que en Morelos es donde más conflictos se habían generado, debido a la mala aplicación del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede).
“Desafortunadamente la tierra de Zapata es la que más problemas ha tenido a nivel nacional por una serie de confusiones que se dieron, después de que se regularizaron las tierras a través del Procede, allá por el 92, y que muchos ejidatarios no quisieron entrar al programa, ahora tenemos el caso de Tetela del Monte, Buena Vista del Monte que acabamos de regularizar, y Tetela del Monte que estamos en vías de regularizarlo para que tengan la certeza jurídica y eviten pleitos”, indicó.
Apuntó que muchos de esos conflictos son ancestrales entre entidades, linderos y ejidos, debido a que no siempre hay la certeza de hasta dónde llegan las parcelas, por lo que se busca regularizar esas zonas para dar la certeza jurídica a ejidatarios, comuneros, posesionarios y a todos los que en un momento dado tengan que ver en un núcleo agrario.
Destacó que el 85 por ciento de los asentamientos humanos que existen en el país son de carácter comunal o ejidal, por lo que aún queda trabajo por hacer para terminar de resolver los denominados focos amarillos.
“Creo que aún quedan dos (en Morelos) que se tienen que ir viendo. Me reservo porque se manejan con mucha discreción, pero donde teníamos mucho problema que era en Tilzapotla, ya está resuelto, ya lo terminamos después de 70 años. Hoy con mucho gusto vemos las caras contentas de los ejidatarios, al resolver un problema que dividió a familias enteras y manejaron muchos problemas”, enfatizó.