Dentro del estado de Morelos se han realizado encuentros de chamanes y curanderos con el objetivo de intercambiar sus conocimientos y experiencias; muy común en los municipios de Tepoztlán y en la comunidad indígena de Tetelcingo, en el municipio de Cuautla.
El conocimiento de la medicina tradicional y los rituales sagrados, es parte de la cultura e identidad de muchos de los pueblos indígenas que aún existen en territorio mexicano. Desde la época prehispánica el territorio morelense se reconocía como tierra de nahuales (chamanes) y curanderos; por sus reconocidos asentamientos prehispánicos, y por la riqueza de su flora medicinal, vinculada al mito del sabio Quetzalcóatl.
Los chamanes son herederos de una milenaria tradición de creencias y rituales mágicos religiosos, teniendo su origen en nuestras antiguas culturas; donde recibían el nombre de nahuales, y que sufrió transformación por la tergiversación, que de ella hicieron los frailes españoles.
Entre estos personajes místicos, entre los nahuas prehispánicos había diversos tipos de chamanes, tanto especializados en causar enfermedades como en curarlas; se menciona que dentro de la cultura náhuatlel chamán más importante era el nahualli, considerado un sabio con poderes sobrehumanos para transformarse en diversos animales; era un consejero serio y respetado.