Desde las seis de la mañana, los desesperados tutores se apresuraban a apartar su lugar, a la espera de que las instituciones bancarias abrieran sus puertas. Donde fue más evidente esta inusual vista fue en el Banco de Servicios Financieros (Bansefi), en donde la mayoría de escuelas tienen abiertas sus cuentas bancarias.
En esta zona del Centro Histórico de Cuautla, la fila empezaba a la mitad de la cuadra en la calle Conspiradores –donde se ubica Bansefi–, se prolongaba hacia el oriente y daba vuelta sobre la calle Galeana, hacia el sur, y en la esquina volvía a dar vuelta sobre la calle Catalán, cubriendo prácticamente la manzana completa.
Los padres de familia se quejaron de la rigidez con la que actúan los directivos de las escuelas, quienes les han advertido que no recibirán a sus hijos si no llevan el recibo de pago del banco. Lo que más molesta a los jefes de familia es que las cuentas bancarias no están a nombre de alguna comisión, sino que están a nombre de los directores y subdirectores de las escuelas de todos los niveles educativos, con lo que omiten dar informes acerca de su administración.
Las enormes filas registradas en los bancos evidencian que a pesar de que las autoridades educativas han afirmado que las cooperaciones escolares no deben ser obligatorias, en la práctica los directores las consideran un requisito ineludible.