La confrontación resultó muy interesante, el nerviosismo traicionó por momentos a ambos equipos y ello los llevó a cometer una serie de imprecisiones en el terreno de las contiendas, que se tradujo en serios daños para los visitantes.
En el primer cuarto, los Mandriles con una corrida de más de una yarda de Alejandro Esqueda abrieron el marcador para los seis primeros puntos del encuentro. Ello representaría una confianza adicional en los anfitriones. Martín Rivera se apuntó los puntos adicionales, y los Mandriles se colocaron con la ventaja de 08-00 a su favor.
En el segundo cuarto del partido, de nueva cuenta los anfitriones sumaron yardas. Dominando el ataque terrestre, ya cerca de las diagonales, Lorenzo Mondragón, mariscal de campo de Mandriles, por la esquina logró avanzar y tirándose un clavado consiguió sumar seis puntos más e irse arriba en la pizarra, más la conversión de 2 puntos con un pase rápido a las manos de Marco Morales: los de casa pusieron el marcador 16-00.
Para el tercer cuarto, luego de los clásicos ajustes por ambas partes, el marcador no se movió pues las defensivas se aplicaron; pero Lobos siguió fallando pases. La imprecisión fue el sello en este juego final para los poblanos que no lograron ponerle números a la casa. Ya en el cierre del último cuarto se iba a asegurar el triunfo por el título con un pase de anotación de Lorenzo Mondragón a Marco Morales y con esto seguir arriba 22-00. Una corrida de más de 19 yardas de Martín Rivera fue la losa definitiva en contra de los Lobos BUAP para dejar el marcador definitivo de 28-00.