Las Fuerzas Armadas de Irán aseguraron este lunes haber desarrollado un dron con “capacidades exclusivas” para atacar las ciudades israelíes de Tel Aviv y Haifa, en medio del aumento de las tensiones durante los últimos meses, incluidas denuncias cruzadas sobre la responsabilidad en diversos ciberataques.
Kiomars Heidari, comandante de la Fuerza de Tierra del Ejército iraní, detalló que el ‘Arash-2’ fue desarrollado teniendo en cuenta “específicamente” las ciudades de Tel Aviv y Haifa. “El dron tiene capacidades únicas y puede recuperarse en múltiples ocasiones hasta que golpee su objetivo. Estamos esperando órdenes para usarlo algún día”, agregó.
Así, ha hecho hincapié en que se trata de “un pájaro único creado para este trabajo” y manifestó que “este dron ha entrado en las fuerzas terrestres”. “Desvelaremos sus capacidades en ejercicios futuros”, apuntó Heidari, tal y como ha recogido la agencia iraní de noticias Mehr.
Por otra parte, reseñó que “las fuerzas terrestres del Ejército son las mejores y no tienen parangón entre los países de la región”, al tiempo que argumentó que “el Ejército y la Guardia Revolucionaria son consideradas como un ejército divino”. “Somos complementarios y debemos mantener sinergias entre nosotros”, defendió.
“A día de hoy, las fuerzas terrestres del Ejército están en el centro del programa de drones. Tenemos drones con un alcance estratégico e incluso uno con un alcance de 2.000 kilómetros”, ha desvelado. “Por supuesto, también tenemos drones con menos radio de acción en nuestra organización de combate”, ha dicho.
“Nuestro objetivo es generar disuasión y dejar que los enemigos sepan que, si cometen un error, les romperemos los brazos y las piernas usando nuestro equipamiento y armas de fabricación nacional. No permitiremos que tengan ventaja y mantendremos siempre el dominio“, recalcó Heidari.
El primer ministro de Israel, Yair Lapid, advirtió la semana pasada a Irán contra poner a prueba el “largo brazo” del Ejército israelí, en medio de las peticiones de las autoridades israelíes contra la reactivación del acuerdo nuclear de 2015, que sufrió un duro golpe en 2018 con la retirada del mismo por parte de Estados Unidos, que reimpuso sanciones a Teherán.