Esta semana, 97 ballenas piloto quedaron varadas en una playa al suroeste de Australia, y lamentablemente todas han fallecido. Para minimizar su sufrimiento, los científicos decidieron practicar la eutanasia a 43 de ellas, ya que mostraban signos de rápido deterioro.
El operativo de rescate no tuvo el resultado deseado, según declaró Peter Hartley, oficial del Departamento de Biodiversidad y Conservación de Australia Occidental. Aunque se logró remolcar a aguas profundas a las ballenas en un primer intento, horas después volvieron a quedar varadas, lo que llevó a la dolorosa decisión de sacrificarlas.
Los expertos en fauna marina y unos 250 voluntarios hicieron todo lo posible para ayudar a las ballenas, pero la situación era grave. Los veterinarios confirmaron que las ballenas mostraban un deterioro rápido, lo que llevó a tomar la decisión de eutanasiar a las restantes para evitar prolongar su sufrimiento.
Australia es testigo de varamientos de ballenas y mamíferos marinos con frecuencia, pero las razones exactas aún no se comprenden claramente. Se cree que pueden estar relacionados con enfermedades, errores de navegación, cambios en las mareas, persecución de depredadores o condiciones climáticas extremas.
Este tipo de tragedias no son aisladas, ya que en septiembre de 2022, ocurrió algo similar en una remota isla de Tasmania, donde murieron la mayoría de las 230 ballenas piloto varadas. También, en el mismo lugar, dos años antes, unas 470 ballenas piloto quedaron varadas, de las cuales solo pudieron rescatar a un centenar llevándolas a alta mar.