Corea del Norte expresó su fuerte rechazo este viernes, ante la llegada de un portaaviones estadounidense al puerto de Busan, Corea del Sur y amenazó con destruirlo en un momento de renovadas tensiones en la península coreana.
En un comunicado publicado por la agencia de noticias KCNA, Corea del Norte calificó la llegada del portaaviones USS Reagan, acompañado por el destructor USS Shoup y el crucero de misiles USS Robert Smalls, como una "provocación militar manifiesta".
El comunicado destacó que esta acción podría llevar la situación a un punto sin retorno y desencadenar un conflicto nuclear en la península.
"Es una provocación militar manifiesta que lleva la situación a circunstancias catastróficas irrevocables el que Estados Unidos persista en introducir diversos activos nucleares estratégicos en la península de Corea, donde existe la posibilidad de una colisión militar constante y el peligro de que estalle una guerra nuclear es rampante", asegura un editorial publicado hoy por la agencia KCNA.
El despliegue de estos activos militares estadounidenses es parte de la estrategia de "disuasión extendida o ampliada" del Pentágono en colaboración con Corea del Sur. Esta estrategia busca responder a las amenazas del régimen norcoreano y desalentar futuras pruebas de armas de destrucción masiva por parte de Corea del Norte.
El USS Reagan permanecerá en el puerto de Busan durante cinco días, durante los cuales llevará a cabo actividades de intercambio con la marina surcoreana. Sin embargo, estas acciones han sido calificadas por Corea del Norte como "una provocación militar sin disimulo".
La agencia KCNA advirtió que cualquier acción provocadora por parte de Estados Unidos y sus aliados podría desencadenar una respuesta contundente de Corea del Norte.
Además, afirmaron que "han traspasado la línea roja" y que el "más potente y rápido primer ataque de Corea del Norte se dará contra los medios de 'disuasión ampliada'" utilizados por Estados Unidos en la península coreana.
Estas tensiones recientes se producen después de los ejercicios anuales Ulchi Freedom, considerados por Pyongyang como un ensayo de invasión por parte de Estados Unidos y Corea del Sur. El estado mayor conjunto surcoreano anunció la realización de maniobras adicionales en la próxima semana, lo que ha aumentado aún más la preocupación en la región.
Corea del Norte ha sostenido que su desarrollo de armas nucleares es una respuesta necesaria a los presuntos complots de invasión de Estados Unidos y Corea del Sur. A lo largo de este año, el país ha llevado a cabo un número significativo de lanzamientos de misiles, desafiando las sanciones internacionales, y ha consagrado su condición de potencia nuclear en su constitución.