El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, están programados para reunirse cara a cara por primera vez en un año, según funcionarios estadounidenses de alto rango.
Este encuentro, que tendrá lugar en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en la bahía de San Francisco, tiene como objetivo abordar una serie de cuestiones críticas que afectan a las dos principales superpotencias mundiales.
Se espera que la reunión aborde una amplia gama de temas globales, que incluyen la guerra en Medio Oriente entre Israel y Hamás, la invasión rusa de Ucrania, los lazos de Corea del Norte con Rusia, la situación en Taiwán, la dinámica en el Indo-Pacífico, los derechos humanos, la crisis del fentanilo y los avances en inteligencia artificial.
Además, el comercio justo y las relaciones económicas entre ambas naciones estarán en el centro de la discusión.
Un alto funcionario de la administración Biden afirmó ante la prensa que "no se ocultará nada; todo está sobre la mesa" en esta reunión crucial. También señaló que a pesar de los intentos previos de moldear o reformar la política china a lo largo de décadas, Estados Unidos espera que China siga siendo un actor importante en la escena mundial en el futuro.
Las autoridades estadounidenses han estado presionando durante casi un año para que se lleve a cabo esta reunión, ya que creen que Pekín ha estado trabajando activamente para socavar la política estadounidense en todo el mundo.
La reunión entre Biden y Xi marca la primera vez que ambos líderes se enfrentan desde noviembre de 2022, después de que Biden ordenara el derribo de un presunto globo espía chino en febrero, lo que generó tensiones adicionales en las relaciones bilaterales.
Se espera que uno de los principales resultados de esta reunión sea un compromiso para una mayor diplomacia y cooperación en cuestiones clave, como el cambio climático, la salud mundial, la estabilidad económica y la lucha contra el narcotráfico.
También se considera la posibilidad de reanudar algunos canales de comunicación entre militares tras una congelación de alto nivel.