Una tormenta sin precedentes azotó la región del Mar Negro, dejando a más de medio millón de personas sin electricidad en Crimea, Rusia y Ucrania.
Las fuertes lluvias inundaron carreteras, derribaron árboles y causaron estragos en los tendidos eléctricos, según informaron la agencia estatal rusa de noticias y el Ministerio ucraniano de Energía.
La tormenta, catalogada como la más intensa en la historia registrada, causó estragos en toda la región.
En el sur de Rusia, las olas inundaron el popular balneario costero de Sochi, causando daños significativos. Además, el tejado de un edificio de cinco plantas en Anapa fue arrancado por la fuerza de los vientos, y numerosas viviendas y escuelas en Kuban resultaron dañadas. Incluso un carguero quedó varado cerca de Anapa debido a las condiciones climáticas extremas.
Trágicamente, se informó de la muerte de una persona en Crimea que salió a observar las olas cerca del municipio de Sudak, en el sur de la península. Otras personas resultaron hospitalizadas o evacuadas de sus hogares debido a la tormenta.
El gobierno de Crimea tomó medidas de precaución, instando a la población a quedarse en casa y cerrando instalaciones gubernamentales, incluyendo escuelas y hospitales, ante la previsión de fuertes vientos continuos.
Las consecuencias de la tormenta también se sintieron en Rusia, donde la región de Moscú experimentó su nevada más fuerte en 40 años, acumulando hasta 25 centímetros de nieve, tres veces más de lo normal. Miles de personas se movilizaron para despejar las calles tras esta intensa nevada.
Además, en Serbia, la nieve caída durante el fin de semana aisló pueblos y dejó a miles de personas sin electricidad, mientras que la búsqueda de un hombre desaparecido de 53 años seguía en marcha en el centro de Serbia.