Este viernes, cientos de personas dieron el último adiós a Alexei Navalny en Moscú, en un funeral marcado por la fuerte presencia policial. El líder opositor falleció en circunstancias aún no esclarecidas en una colonia penal en el Ártico, desencadenando una disputa con las autoridades sobre la entrega de su cuerpo.
Los seguidores de Navalny señalaron que varias iglesias de Moscú se negaron a oficiar la misa en honor al hombre que desafiara la corrupción oficial y se erigiera como el principal opositor político del presidente Vladímir Putin. Líderes occidentales acusaron a Putin de la muerte de Navalny, alegación rechazada por el Kremlin.
El equipo de Navalny logró el permiso para celebrar la ceremonia en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios Alivia mi Sufrimiento, fuertemente custodiada. Diplomáticos occidentales y políticos locales esperaban pacientemente, entre ellos Boris Nadezhdin y Yekaterina Duntsova, cuyas candidaturas presidenciales fueron rechazadas.
El féretro, rodeado de aplausos y cánticos de "¡Navalny! ¡Navalny!", salió de la iglesia. Una foto del interior mostró el ataúd con el cuerpo cubierto de flores, con su madre a su lado sosteniendo una vela.
La viuda, Yulia Navalnaya, quien recientemente habló ante el Parlamento Europeo, estaba presente, mientras que el paradero de su hijo permanece desconocido. Los colaboradores cercanos de Navalny, fuera de Rusia por la presión, siguieron el funeral por su canal de YouTube.
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, instó al respeto de la ley durante las concentraciones, mientras se prevé el entierro en el cementerio Borisovskoye con fuerte presencia policial.
La madre de Navalny luchó ocho días por la entrega del cuerpo tras su muerte en una colonia penal. La morgue demoró la entrega incluso el mismo viernes, según Ivan Zhdanov, colaborador cercano de Navalny. Las autoridades alegaron pruebas post mortem inicialmente.
Las circunstancias del fallecimiento de Navalny, de 47 años, aún no han sido anunciadas por las autoridades rusas. En enero de 2021, regresó a Moscú tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento que atribuyó al Kremlin. Su Fundación y oficinas fueron designadas "organizaciones extremistas" en 2021.