El domingo, José Raúl Mulino, exministro de Seguridad Pública de Panamá, logró una victoria en una elección presidencial marcada por la influencia de su antiguo jefe, el exmandatario Ricardo Martinelli, quien apoyó su candidatura desde la embajada de Nicaragua, donde se encuentra asilado debido a condenas por corrupción.
“¡Misión cumplida, carajo!”, dijo Mulino a sus seguidores entre vítores y aplausos. “A Ricardo Martinelli, amigo, misión cumplida también”, agregó.
Mulino, quien remplazó a Martinelli en la boleta electoral, era uno de los favoritos para la presidencia. Su victoria del 34.38% de votos reflejó el respaldo de muchos panameños.
Al dirigirse a sus seguidores, Mulino expresó su compromiso con un gobierno pro inversión y pro negocios, asegurando que honraría las deudas del país sin descuidar a los sectores más vulnerables.
La campaña electoral fue singular, con Martinelli influenciando desde la embajada, lo que generó debates sobre la independencia de Mulino. A pesar de esto, su plataforma de unidad nacional resonó entre los votantes.
En su cuenta de X, Martinelli celebró los resultados y cargó contra los aspirantes perdedores.
A chillar compa que tas cojido. La arrogancia y la prepotencia se pagan en este mundo pic.twitter.com/cYCzSh6urW
— Ricardo Martinelli (@rmartinelli) May 6, 2024
Mulino asumirá el 1 de julio y enfrentará desafíos significativos, incluyendo la recuperación económica y la lucha contra la corrupción. La alta participación electoral del 77% refleja el interés del pueblo panameño en estos temas.
Con planes ambiciosos para mejorar la infraestructura y la economía, Mulino busca recuperar la confianza en el gobierno. Su compromiso de cerrar el corredor migratorio del Darién también ha captado atención, aunque la implementación de esta medida será un desafío.
La próxima administración heredará también desafíos en el sector financiero, el Canal de Panamá y la gestión de la migración.