Las autoridades del Reino Unido han emitido una advertencia sobre la creciente amenaza que representa Rusia para la "estabilidad global", debido al incremento de ataques del Ejército ruso contra la infraestructura portuaria de Ucrania en el mar Negro.
Esta situación no solo afecta las exportaciones de grano, sino que también retrasa la entrega de ayuda humanitaria vital para la población palestina.
El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó estos ataques como "indiscriminados", subrayando que son una muestra de la capacidad del presidente ruso, Vladimir Putin, para "manipular la seguridad alimentaria global con el fin de someter a Ucrania". Starmer advirtió que estas acciones perjudican a millones de personas vulnerables en África, Asia y Medio Oriente.
En su declaración, Starmer mencionó que en las últimas semanas han surgido indicios de que el Kremlin ha comenzado a buscar apoyo en Corea del Norte para reforzar su maquinaria de guerra.
El primer ministro describió este comportamiento como un "acto lamentable y desesperado", señalando que los ataques rusos se están intensificando en áreas de Ucrania cruciales para la exportación de alimentos a otros países.
Starmer también criticó la falta de respeto de Rusia hacia las normas y leyes internacionales, señalando que su invasión de Ucrania es un ataque directo a los principios establecidos en la Carta de Naciones Unidas. Además, destacó que las acciones de Rusia carecen de consideración por la vida humana y las repercusiones globales que conllevan.
Como respuesta, el Gobierno británico ha anunciado la asignación de 120 millones de libras en ayuda a la Coalición de Capacidad Marítima. Esta financiación se destinará a la adquisición de drones, lanchas no tripuladas y sistemas de radar para proteger el corredor de exportación de grano.
La nota del Gobierno británico resalta que los ataques rusos no se limitan solo al mar Negro; durante todo el año, las fuerzas rusas han golpeado infraestructura civil en Ucrania, con el objetivo de hacer la vida intolerable para la población, especialmente con la llegada del invierno.
Según datos de inteligencia, desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, se han registrado 1.522 ataques contra el sistema sanitario ucraniano, incluidos 744 ataques a hospitales y clínicas, lo que ha resultado en la muerte de 234 trabajadores de la salud.