Rescatistas españoles establecieron una morgue temporal en un centro de convenciones y continúan trabajando para acceder a áreas aún aisladas, mientras el número de muertos por las devastadoras inundaciones ha ascendido a 205, convirtiéndose en el peor desastre climático en Europa en medio siglo.
La región de Valencia, la más afectada, reporta al menos 202 fallecimientos, según las autoridades locales. Además, tres personas han muerto en Castilla-La Mancha y Andalucía.
Este número de víctimas se aproxima al de las 209 personas que perdieron la vida en las inundaciones de Rumania en 1970. En Portugal, las inundaciones de 1967 causaron cerca de 500 muertes.
Unos 500 soldados han sido movilizados para buscar a personas desaparecidas y asistir a los sobrevivientes de la tormenta, que ha llevado a emitir una nueva alerta meteorológica en Huelva, al suroeste del país.
El ministro de Cooperación con las Regiones, Ángel Víctor Torres, advirtió que el número de muertos probablemente seguirá en aumento, ya que aún hay decenas de personas sin contabilizar.
Con alrededor de 75,000 hogares sin electricidad, los bomberos están extrayendo gasolina de automóviles abandonados en las inundaciones para alimentar generadores y restablecer el suministro eléctrico.
“Vamos de coche en coche buscando toda la gasolina que podamos encontrar”, comentó un bombero que se desplazó desde Andalucía a Valencia con un tubo de plástico y botellas vacías para recolectar combustible.
El desastre fue causado por un año completo de lluvia que cayó en solo ocho horas el martes por la noche, causando la destrucción de carreteras, vías férreas y puentes, a medida que los ríos se desbordaban.