El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol, anunció el levantamiento de la ley marcial poco más de cinco horas después de haberla declarado.
La medida, que sumió al país en caos, fue rechazada por el Parlamento, que la bloqueó con 190 votos a favor y ninguno en contra.
La declaratoria había provocado intensas protestas ciudadanas y críticas internacionales, incluyendo un llamado de Estados Unidos a respetar la decisión del Parlamento.
La ley marcial implicaba restricciones severas como la suspensión de derechos civiles y la paralización de actividades políticas.
Incluso el gobernante Partido del Poder Popular (PPP), al que pertenece Yoon, se manifestó en contra, instando al mandatario a acatar la resolución legislativa.
La oposición, liderada por el Partido Democrático (PD), calificó la declaratoria como “ilegal” y acusó a Yoon de utilizar su poder para perseguir políticamente a su líder, Lee Jae-myung.
En un discurso televisado, Yoon informó que las tropas desplegadas en el Parlamento fueron retiradas y que la ley marcial quedaba oficialmente levantada.