El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) confirmó que un dron impactó contra el sarcófago de protección del reactor de la central nuclear de Chernóbil en la madrugada del viernes, provocando un incendio que fue rápidamente controlado.
Según el OIEA, el ataque ocurrió alrededor de la 1:50 a. m. (hora local) y no dejó víctimas. A pesar del impacto, el organismo aseguró que la estructura interior del sarcófago no sufrió daños y que los niveles de radiación en la zona se mantienen dentro de los rangos normales.
El director general del OIEA, Rafael Grossi, advirtió que este incidente, junto con la creciente actividad militar en la central nuclear de Zaporiyia, representa un riesgo nuclear constante. "No hay espacio para la complacencia y el OIEA sigue en alerta", afirmó.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, responsabilizó a Rusia del ataque y aseguró que el dron tenía una carga explosiva de alta potencia.
"Este sarcófago fue construido por Ucrania junto a otros países de Europa y del mundo, junto a Estados Unidos, todos ellos comprometidos con una verdadera seguridad para la humanidad", dijo en X.
"El único país del mundo que ataca este tipo de instalaciones, ocupa centrales nucleares y lleva a cabo una guerra sin pensar en las consecuencias es la Rusia actual".
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— IAEA - International Atomic Energy Agency ⚛️ (@iaeaorg) February 14, 2025
Zelenski alertó sobre los "daños significativos" causados por el impacto y calificó la acción como una amenaza terrorista global. También denunció que Rusia sigue atacando infraestructura ucraniana cada noche y descartó cualquier intención de negociación por parte del Kremlin.
El ataque se produjo poco después de que las autoridades prorrusas en Zaporiyia denunciaran daños graves en una planta térmica de la región, atribuyéndolos a un bombardeo ucraniano.
Además, días antes, Kiev y Moscú se acusaron mutuamente de impedir la rotación del personal del OIEA en la central de Zaporiyia debido a la actividad militar en la zona.
La central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, está bajo control ruso desde las primeras semanas de la invasión. A pesar de la ocupación, los expertos del OIEA continúan supervisando sus instalaciones para garantizar su seguridad.