La junta militar que gobierna Birmania desde el golpe de Estado en febrero de 2021 ha decidido prohibir este lunes a la prensa extranjera cubrir el terremoto de magnitud 7,7 ocurrido el viernes pasado, que dejó un saldo de alrededor de 1.700 muertos, bajo el argumento de motivos de seguridad.
El portavoz de la junta, el general Zaw Min Tun, informó que las solicitudes de varios medios internacionales fueron rechazadas, y se les comunicó que no podían proporcionar alojamiento para sus reporteros.
Además, detalló que debido a la gran “destrucción” causada por el sismo, hay “cortes en el suministro de electricidad y agua potable”, lo que lleva a la junta a justificar la prohibición.
“Muchos hoteles se han visto dañados y varias áreas no cuentan con electricidad. Además, las autoridades locales se están centrando en las labores de ayuda y rescate y no pueden hacerse responsables de ciudadanos extranjeros”, explicó el portavoz, según el portal de noticias Mizzima.
Por otro lado, periodistas locales como Myint Kyaw han criticado esta postura y afirmaron que hay numerosos periodistas internacionales con experiencia suficiente para cubrir desastres naturales, quienes podrían gestionar sus propios recursos y alojamiento para informar sobre el desastre.
“Esta es una excusa inaceptable. Birmania debe permitir el acceso a los medios extranjeros para que la gente pueda entender mejor el impacto del seísmo. La verdadera razón tras esta decisión es el deseo de las autoridades de controlar la narrativa sobre lo sucedido”, puntualizó.