Las primeras imágenes de la tumba del papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor muestran un lugar sencillo y lleno de simbolismo, tal como él lo había deseado. La lápida lleva únicamente su nombre en latín, Franciscus, acompañado por una rosa blanca y un crucifijo de plata iluminado por una luz tenue. Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años, fue sepultado en esta histórica iglesia romana tras un funeral público en el Vaticano. La ceremonia privada de entierro se realizó en la basílica que el pontífice visitó frecuentemente durante su vida y donde expresó su deseo de descansar, inspirado por su profunda devoción a la Virgen María.
Santa María la Mayor, una de las cuatro grandes basílicas de Roma, está ubicada fuera del Vaticano, cerca del Coliseo. Su elección rompe con la tradición de enterrar a los papas dentro del Vaticano, destacando nuevamente la humildad y cercanía que caracterizaron a Francisco.
Desde temprano el domingo, cientos de personas formaron filas para despedirse del pontífice. Algunos visitantes expresaron su emoción al ver la tumba.
“Nos ha dejado una huella imborrable”, dijo Rosario Correale,
mientras que la peregrina polaca Maria Brzezinska comentó que el lugar refleja perfectamente la sencillez del papa.
El funeral fue multitudinario, con la presencia de líderes internacionales y miles de fieles. Durante la homilía, el cardenal Giovanni Battista Re recordó que Francisco siempre promovió el diálogo y la paz, instando a
“construir puentes, no muros”.
La ceremonia también fue escenario de una inesperada reunión entre los presidentes Donald Trump y Volodymyr Zelensky, quienes discutieron el conflicto en Ucrania, un tema por el que el papa Francisco se pronunció repetidamente.
Luego del funeral, el cuerpo del pontífice fue llevado en procesión por Roma, seguido por 140.000 personas, según las autoridades, que lo despidieron entre aplausos mientras el cortejo pasaba junto a monumentos históricos. Ahora, con el luto aún presente, la Iglesia se prepara para el cónclave en el que se elegirá al próximo papa, previsto para inicios de mayo, y que contará con la participación récord de 135 cardenales.