“Pido disculpas a mi país, México, a los Estados Unidos de América, a mi esposa, especialmente a mis hijos, por todos los errores que he cometido", dijo Cárdenas Guillén, quien antes de su detención en 2003 fuera considerado uno de los principales narcotraficantes mexicanos.
El ex líder del cártel del Golfo fue sentenciado este miércoles por la juez federal Hilda Tagle a 25 años de prisión en una audiencia celebrada bajo extremas medidas de seguridad y a puerta cerrada para mantener su proceso judicial en secreto hasta el final.
Su disculpa y otros detalles de la audiencia fueron dados a conocer este jueves en extractos de una transcripción de los procedimientos, otorgada por la corte al periódico The Houston Chronicle luego de que el rotativo los solicitara en una moción.
Por orden de la juez, la transcripción completa de la audiencia se mantendrá restringida hasta el próximo 26 de mayo.
"Siento que este tiempo que he pasado en la cárcel, he reflexionado y me he dado cuenta del mal comportamiento que yo mantenía y la verdad, estoy arrepentido", dijo Cárdenas Guillén, según la transcripción.
Según el documento, la juez Tagle lo reprendió: "Usted fue un modelo para el narco, traficantes que portan fusiles de asalto y que no sólo son cada vez más jóvenes conforme pasa el tiempo, sino más descarados", le dijo. "La sed de poder es insaciable', agregó.
La transcripción de la audiencia liberada este viernes contiene los primeros comentarios públicos emitidos por Cárdenas Guillén desde su extradición a Estados Unidos en enero de 2007.
La juez Tagle ordenó sellar el proceso judicial en su contra para mantenerlo desde su inicio fuera del escrutinio público.
La Oficina del Procurador Federal para el Suroeste de Texas informó el miércoles por primera vez, luego de que se emitiera la sentencia, que Cárdenas Guillén había decidido declararse culpable de cinco cargos federales.
El mexicano aceptó su responsabilidad en los delitos de conspiración para poseer substancias controladas con intento de distribución, conspiración para el lavado de dinero y de amenazas de asalto y muerte contra agentes federales estadounidenses.
La declaración de culpabilidad se habría dado en un acuerdo con las autoridades a cambio de desechar otros 12 cargos que pesaban contra él.
Con esta sentencia, el capo mexicano evitó un prolongado juicio en el que podría haber sido sentenciado a cadena perpetua, como le ocurrió a su antecesor al frente del cártel, el narcotraficante Juan García Abrego.
García Abrego fue sentenciado en 1996 a 11 cadenas perpetuas y fue enviado a una prisión de máxima seguridad.
Cárdenas Guillén es el último de una serie de narcotraficantes mexicanos que en los últimos dos años han buscado evitar la suerte de Abrego al optar por declarase culpables al alcanzar acuerdos con las autoridades estadunidenses.
El último en hacerlo, el mes pasado, fue Miguel Angel Caro Quintero, ex líder del cártel de Sonora, quien recibió una sentencia de 17 años de prisión.