Adame nació en la clínica céntrica del abuelo de Víctor, el también doctor altruista Don Saturnino, cuya figura la tenemos presente, menudita, siempre de traje y corbata y en ocasiones con un sombrero de fieltro. Aquí lo tenemos impreso, compartiendo su tiempo y conocimientos de manera gratuita a boxeadores y luchadores como el director de los Servicios Médicos de Salud de la honorable Comisión de Box y Lucha de Cuernavaca. Hablaremos del abuelo de Víctor más adelante.
En tanto, Caballero Solano, de buena cuna, cuya madre Doña Paz es del mero Miacatlán y su padre don Víctor, un hombre grandote, serio y gran persona, siempre atendiendo el famoso pasaje “Caballero Díaz”. Eran compadres o así se decían del tío del que escribe, Jorge Frikas Lozano, que a su vez era protegido y su mecenas el doctor Saturnino. Dos y hasta tres veces en la semana veíamos a Víctor, con sus hermanos y padres, comiendo en la fonda con la jefa, amiga a su vez de Doña Paz con la que se enfrascaban en largas conversaciones, contemporáneas. Gran gusto nos dio en una fotografía de Víctor Manuel como candidato al Senado, ver a su señora madre ahí. Sin duda un personaje viviente de nuestra entidad Doña Paz.
Como secretario de Salud, Caballero Solano hizo un importante trabajo que debe reconocerse. La institución se convirtió en eje y motor del gobierno de Marco Adame que, claro, atendía personalmente los apoyos y les daba forma en las múltiples instalaciones que tenemos en la entidad. Ha sido Caballero un funcionario aprobado y, justo decirlo, respaldado incondicionalmente por su amigo el gobernador. Cuantas ocasiones buscamos la atención de familia y conocidos, muchas veces, siempre estuvieron en la disposición y, lo mejor, cumplieron. No tenemos los números, pero si en lo personal hubo beneficios para cuando menos 20 personas por nuestra vía, existe la aprobación. Lo que digan otros, lo perdemos ante lo que vimos y vivimos, por ello que lo compartimos.
Y que sea directo: este espacio no es para impulsar a un hombre que puede ser senador, que si se tratara de oriundez, calidad humana y raíces, lo merece más que cualquiera de los otros del partido que sea. No, son unas líneas para el esposo que vive momentos durísimos, el padre responsable, el hombre que tiene que multiplicarse para atender su prioridad y darle espacio a otras actividades como la política. El viernes conversábamos con un amigo mutuo, cercano al doctor Caballero Solano y coincidimos en los valores humanos de su familia, nada de la política y de los tamaños que cuenta Víctor para llevar la situación con una entereza y buen manejo que sólo la gente de buena cuna logra.
De don Saturnino les diremos que durante 30 años, más o menos, atendió y sanó a boxeadores y luchadores morelenses con sus familias sin cobrarles un peso. Extralimitaba su función en los Servicios Médicos de la Comisión de Box y Lucha de Cuernavaca, por ello y por tantas acciones más su descendencia es bien apreciada por la sociedad local. Nunca falló a las luchas de domingo, martes y jueves, ni a las funciones de box los lunes. Tenía su lugar en ringside siempre acompañado por alguno de sus discípulos, el último, el siempre bien recordado doctor Filiberto Suástegui, por cierto tío del también ido y eternamente querido Jorge Núñez “El Ney”.
Le dejamos un abrazo fuerte a los Caballero Solano y a sus familias.