Y no son números que salgan a partir de manos de los tantos especuladores que cada casa de campaña tiene, sino hechos con la frialdad de conocer el estado real de las cosas.
Son 30 diputados los que integran la legislatura entrante, 12 de ellos plurinominales.
De acuerdo a sus coaliciones e historia, son ocho que llegarían por esa vía, al margen que alguno gane un distrito de manera directa, lo que hace menos la cantidad a repartir. Quedarán entre 3 y 4 pluris. De estas, el partido con mayor votación metería tres o dos y el que le siga una o dos. ¿Y el PAN? Si las cosas le funcionan como tercer lugar, tiene la posibilidad de dos, quedando fuera Javier Bolaños Aguilar. Son números oscilantes, pero nada halagüeños para los inscritos en el tercer lugar y en algunos casos hasta el segundo.
La cosa es que en un universo de un millón 300 mil votos que tiene el padrón electoral de Morelos, en una votación óptima que supongamos oscilaría en los 800 mil sufragios, partidos como el PSD de Julio Yáñez necesita el 3 por ciento mínimo, que son 24 mil, votos, los que no parecen complicársele. Hay que ver a quien lleva el PSD como primero en su lista local. Así, los que van en coalición como el PT, Convergencia de Jaime Álvarez en manos de su secretario Luis Machuca (que en Jiutepec ya hizo de las suyas, luego les decimos qué) y el Panal, van protegidos por los partidos que se alían. Tendremos un Congreso suponemos con mayor equilibrio de fuerzas, que –también queremos imaginarlo para bien—haga lo que no han hecho los que todavía ahí están. Hay excepciones, poquísimas, que en lo individual lucieron más que los otros casi 30. Increíble.
Igual sucede en municipios que hace algunas semanas parecían destinados para un partido, y podemos decir que en Jiutepec, Temixco, Xochitepec, Cuautla, Yautepec, la disputa es fuerte entre PRI y PRD, que hay casos como el de Jiutepec, donde el PRD simplemente no se ha visto.
Sin embargo, con factores como AMLO y el mismo Graco Ramírez dan la batalla y con posibilidades. Hay lugares que ya tienen dueño, como es el caso de Jojutla con el PRD y Hortensia Figueroa. En el sur hay competencia en Puente de Ixtla, Tlaltizapán, Tlaquiltenango. Parece que en Amacuzac y algunos municipios de Los Altos, Acción Nacional suma y tiene chance.
En Cuernavaca, en efecto, aunque no está fácil, Jorge Morales Barud tiene que echar su resto para amarrar la victoria. No parece tan simple como lo decían –y nosotros leíamos encuestas que la realidad las devasta—pero es de los municipios donde el PRI, aplicándose, va a ganar.
En lo federal, el gran perdedor es el PAN, que difícilmente ganará una diputación federal de mayoría. La pelea es entre PRD y PRI y será parejera hasta el mismo 1 de julio. Aquí los tribunales electorales seguramente entrarán en acción.
En cuanto a los senadores, no necesariamente quien gane para gobernador meterá a dos de su partido al Senado. Es federal y cambia el formato, pero también parece estar entre PRI y PRD la contienda. No descartemos que el sacrificio sea más cercano para Guillermo del Valle que para Rabindranath Salazar Solorio del PRD.
Aunque todo lo anterior es resultado de análisis que no siempre hacen los periodistas, aunque les pongamos ingredientes propios. Hace tres años en este espacio asegurábamos que el PRI ganaba en Cuernavaca ahí por abril. Esta vez, el conocimiento de encuestas que leímos una y otra vez indicaban tendencias favorables al PRI por un amplio margen. Pero nos encontramos con otra, luego más, que dicen lo contrario. Lo único claro es que es una batalla entre dos: PRD y PRI, tanto en lo federal como local. Y otra cosa queda transparente: en el CEN del PRI no parecen interesarse por la elección local ni la federal. Morelos, para seguir con la costumbre, son “unos cuantos miles de votos a favor o en contra” que no incidirán en el resultado para la presidencia. ¿Que qué nos dice eso?
Bueno, ya falta menos de tres semanas, exactamente 20 días que serán intensos.