El robo fue perpetrado por cuatro individuos que, según el parte policíaco, se escondieron en una casa de la Unidad Habitacional “Los Arcos”, en el Centro de Jiutepec, y cuya detención, realizada el pasado lunes, fue declarada como ilegal por un juez de Control, pero los mismos sujetos fueron llevados nuevamente ante la autoridad, pero ahora a través de una orden de aprehensión.
De acuerdo con el expediente judicial JO/235/2014, los jóvenes Javier de Jesús “N”, Luis Alberto “N” y José “N”, cuyas edades oscilan entre los 18 y 20 años, junto con un menor de edad (cuyo nombre no se dio a conocer), abordaron un taxi alrededor de las 11 de la noche, sobre la avenida Insurgentes, también en el municipio de Jiutepec.
El taxista Estanislao “N” conducía una automóvil Chevrolet Chevy 2004, en el que recogió a los jóvenes; sin embargo, en el camino lo amagaron con dos armas blancas, de las que una se la pusieron en el cuello y la otra en el estómago.
Según la versión de la víctima, a los ladrones les entregó 500 pesos que llevaba en su bolsa, pero los maleantes le quitaron 200 pesos en monedas, un teléfono celular y un radio de comunicación.
Los individuos se bajaron en la avenida Insurgentes e ingresaron de nuevo a la unidad habitacional y se escondieron en una casa, pero los vecinos los delataron, así que al lugar llegaron varios taxistas que solicitaron el apoyo de la Policía del Mando Único para que efectuaran la captura.
Con el permiso de la dueña, los uniformados ingresaron al inmueble para efectuar las detenciones.
Un día después, una juez de Control puso en libertad a tres de los jóvenes, pues el cuarto fue llevado ante el Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes y les otorgó este beneficio al considerar que la detención no se llevó a cabo en flagrancia. Sin embargo, la misma juez obsequió una orden de aprehensión y ese mismo día los jóvenes fueron detenidos por el mismo delito.
En la audiencia de ayer, la juez consideró que quedaron cubiertas las deficiencias de la Fiscalía General del Estado, pero destacó varias incongruencias en las imputaciones.
“El señor (el taxista) dijo en su declaración que el teléfono celular le costó dos mil 500 (pesos) y el peritaje dice que costó cinco mil, y luego el hecho de que robaron el radio del taxi, no me parece real, pues tenían que haber parado el vehículo para hacerlo, aunado a que los 700 pesos que asegura el hombre le fueron robados, no aparecen en la cadena de custodia”, afirmó la juez.
Pese a las inconsistencias dictó un auto de vinculación a proceso, pero como del delito cometido su pena máxima no rebasa los seis años de prisión, entonces, en esa misma audiencia, la defensa solicitó el beneficio de sus clientes para gozar de la libertad condicionada a cambio de la reparación del daño.
Fue así como los imputados pagaron tres mil pesos como reparación del daño y entonces lograron su libertad, pero con el requisito de que deberán continuar con sus estudios de preparatoria y acudir a la Unidad de Medidas Cautelares una vez al mes para comprobar que están cumpliendo con los requisitos que les impuso la juzgadora.