Los bebés que nacen con un peso menor a un kilo 750 gramos o a las 34 semanas de gestación, pueden sufrir retinopatía de la prematurez, una alteración vascular de la retina inmadura que los pone en riesgo de quedar ciegos al no recibir atención oportuna, advirtió especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La jefa de oftalmología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Claudia Hernández Galván, explicó que los pacientes con esta afección reciben tratamiento mediante ablación de retina con láser o crioterapia, de acuerdo con el grado de la enfermedad y con la cantidad de retina que no completó su desarrollo.
Asimismo, destacó que esta Unidad Médica de Alta Especialidad atiende en promedio 200 casos al año de este padecimiento oftalmológico, de los cuales el 98% evoluciona de manera satisfactoria.
La única forma de prevenir la retinopatía de la prematurez, subrayó, es a través del tamizaje, es decir que el bebé sea revisado por un oftalmólogo en la cuarta semana de vida, cuando éste presente algunos factores de riesgo tales como inadecuado apego al control prenatal (preclamsia), infección en vías urinarias, asociada a higiene inadecuada y ropa ajustada, embarazos múltiples, entre otros.
Si no se realiza la detección, el recién nacido puede no ser diagnosticado y desarrollar la enfermedad en pocos días, lo que provocaría el desprendimiento de la retina y posteriormente la ceguera.
La doctora Hernández Galván señaló que una vez diagnosticada la pérdida de la vista por retinopatía de la prematurez, no existe probabilidad de recuperarla.