En un reciente comunicado, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha enfatizado que los maíces transgénicos han sido parte integral de la producción agrícola global durante más de dos décadas, sin que haya surgido evidencia científica que respalde preocupaciones sobre su impacto en la salud. A pesar de las recientes medidas adoptadas por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la importación de maíz amarillo continúa fluyendo sin restricciones.
Juan Cortina Gallardo, a cargo del CNA, destacó que tanto el sector pecuario como la agroindustria han mantenido un comercio ininterrumpido de diversos tipos de maíz, subrayando que no se han observado disrupciones o efectos adversos en esta cadena de abastecimiento.
La experiencia europea también sirve de referencia, ya que el debate sobre los maíces transgénicos se desarrolló hace décadas en el continente. En la actualidad, no existe motivo de preocupación debido a la ausencia de pruebas científicas concluyentes que apunten a riesgos significativos para la salud.
En relación a la solicitud del Gobierno de Estados Unidos para establecer un panel de controversias, el CNA sostiene que el decreto mexicano del año pasado resuelve la gran mayoría del posible daño al comercio de esos granos entre ambos países, dijo el organismo que agrupa a la industria agroalimentaria en México.
“Panel sobre maíz es científico, no un tema de política comercial”
El CNA insiste en que el panel convocado para abordar la cuestión de los maíces transgénicos está enmarcado en términos técnicos y científicos, alejándose de asuntos de política comercial. Subrayan que su objetivo principal es determinar la consistencia de medidas gubernamentales con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) y, si corresponde, sugerir correcciones.
La resolución de controversias, un proceso que busca ser ágil y efectivo, se ha vuelto crucial en medio del crecimiento poblacional. Estados Unidos ha hecho un llamado a adoptar tecnologías avanzadas para garantizar la seguridad alimentaria, planteando que en esta era de expansión demográfica, esta cuestión se convierte en una prioridad de seguridad nacional.
El CNA destaca el papel fundamental de la ciencia y las tecnologías innovadoras en la lucha contra los desafíos de la producción a gran escala. Frente a una demanda global creciente, estas herramientas son esenciales para abastecer tanto a México como al mundo con alimentos suficientes y de calidad. En última instancia, el diálogo técnico y científico deberá esclarecer los supuestos daños de los transgénicos a la salud, mientras la comunidad internacional busca equilibrar la seguridad alimentaria con las preocupaciones legítimas sobre la salud y el medio ambiente.