Una ballena jorobada perdió la vida este martes tras quedar varada en las playas de Tabasco, donde la comunidad pesquera de la playa del municipio de Cárdenas luchó desde ayer por rescatar al animal, cuya especie no es común en la zona.
Este cetáceo, que se estima pesaba entre 5 y 7 toneladas y medía aproximadamente siete metros de largo, sorprendió a los habitantes, ya que no es común ver esta especie de mamíferos en sus playas.
La noticia de la presencia de la ballena jorobada desató una movilización comunitaria inmediata para intentar rescatar al animal. Sin embargo, las condiciones climáticas y el fuerte oleaje del mar dificultaron los esfuerzos de los voluntarios por devolverla a su hábitat natural.
Mauro Winzing Negrín, coordinador del Instituto de Protección Civil del Estado de Tabasco (IPCET), informó con pesar: "Ya murió, desafortunadamente no aguantó más".
Winzing Negrín agregó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno federal y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) investigarán las causas del fallecimiento, así como las tareas pertinentes para el retiro de sus restos.
El biólogo Arturo Garrido, director de la división académica de ciencias biológicas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, calificó la presencia de la ballena jorobada en la costa del Golfo de México como "excepcional". Según el especialista, su monitoreo se concentra en el océano Pacífico, mucho más al sur de las costas de Oaxaca, lo que hace que su aparición en esta región sea poco común.
Garrido explicó que la "desorientación" fue probablemente la causa del trágico desenlace de la ballena jorobada. Este fenómeno, también observado en delfines y otras ballenas, ocurre cuando los animales pierden su orientación en el mar abierto y, de manera errónea, se dirigen hacia la costa, quedando varados y enfrentando un destino fatal.