El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó hoy que el país no se verá sumido en un "narco-Estado" después de las elecciones federales del 2 de junio, a pesar de la creciente violencia que ha cobrado la vida de al menos una decena de políticos en el proceso electoral.
Durante su conferencia matutina, el mandatario expresó su confianza en que no se repetirán episodios de asesinatos políticos que marcaron periodos anteriores y descartó el regreso a una era dominada por la delincuencia organizada.
"No veo hacia adelante un narco-Estado", aseguró.
Estas declaraciones contrastan con las advertencias del Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y partidos de oposición, quienes han señalado un aumento en la violencia vinculada al narcotráfico en vísperas de las elecciones.
El jueves, Jaime Vera, candidato del Partido Verde al gobierno municipal de Mascota, en Jalisco, fue asesinado a balazos, sumándose a la lista de políticos víctimas de la violencia.
Además, la polémica se intensificó esta semana con un artículo de ProPublica, basado en fuentes de la DEA de Estados Unidos, que sugiere que el Cartel de Sinaloa habría aportado 2 millones de dólares a la campaña de López Obrador en 2006.
Frente a estas acusaciones, el presidente desestimó la información, calificando la actual etapa electoral como "tiempos de zopilotes, o sea, de gente que no tiene escrúpulos morales".
Reiteró que se trata de una estrategia para desacreditar su movimiento y destacó la independencia del periodismo, mencionando el reportaje de ProPublica como un ejemplo.
Consultado sobre el panorama electoral, López Obrador expresó optimismo sobre el futuro de México, descartando una crisis económica o financiera.
Además, negó la amenaza de sometimiento o intervención extranjera, afirmando que México continuará progresando con su pueblo trabajador y excepcional.
Con las elecciones más grandes de la historia mexicana programadas para el 2 de junio, donde más de 97 millones de ciudadanos están llamados a renovar 20,375 cargos federales, incluyendo la presidencia y el Congreso, el presidente reafirmó su confianza en el porvenir del país.