La ciudad de Tijuana, en la frontera entre México y California, se ha convertido este año en el principal cruce irregular de migrantes hacia Estados Unidos, registrando un promedio de 1,250 cruces diarios. Esta tendencia se atribuye a las crecientes restricciones en Texas, según expertos.
Durante la última semana de abril, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos reportó más de 9,513 detenciones de personas intentando llegar a San Diego, California, mientras que en Tucson, Arizona, se registraron 7,600 detenciones.
El área limítrofe en el lado mexicano abarca desde Playas de Tijuana hasta el Ejido Jacumé en Tecate, con un flujo diario de cruces significativo, según datos oficiales.
Judith Cabrera de la Rocha, del Border Line Crisis Center, atribuye este aumento a las medidas restrictivas en Texas, que incluyen riesgos mortales como boyas en el río Bravo y detenciones sin escrúpulos.
El gobernador de Texas, Gregg Abbott, destacó una disminución en los cruces ilegales en su estado, mientras que otros estados fronterizos experimentaron aumentos. Sin embargo, estas medidas preocupan a expertos y funcionarios locales, quienes temen que se adopten políticas similares en California.
En Tijuana, el flujo migratorio ha alcanzado niveles récord, reflejando la tendencia a nivel nacional en México, donde la migración irregular interceptada por el Gobierno ha aumentado en un 200% anual en el primer trimestre de 2024, llegando a cerca de 360,000 personas.
Enrique Lucero Vázquez, director municipal de Atención al Migrante de Tijuana, señaló la demora en citas para el CBP-One y la falta de renovación de tarjetas de visitante como factores adicionales que impulsan los cruces irregulares.
Ante esta situación, se prevé que la tendencia continúe en el corto plazo, con un posible aumento en la llegada de migrantes a los albergues de la región.