Desde finales de mayo, al menos 125 personas han fallecido en varias regiones de México debido a intensas olas de calor, según un estudio publicado este jueves por World Weather Attribution (WWA).
El informe de WWA, realizado por científicos de México, Estados Unidos, Panamá, Reino Unido y los Países Bajos, indica que “el cambio climático inducido por el hombre multiplicó por 35” la probabilidad de episodios de calor extremo como los registrados recientemente en América del Norte y Central.
El análisis de las temperaturas máximas diurnas y nocturnas entre mayo y junio en países como México, Guatemala, Honduras y el suroeste de Estados Unidos concluye que se han batido récords de calor, alcanzando más de 45 grados durante días consecutivos en algunas regiones.
El calor extremo en el norte y centro de América ha tenido “graves consecuencias”: entre ellas, más de 125 muertes relacionadas con el calor sólo en México, además de miles de casos de insolación y cortes de electricidad.
Según WWA, el número total de fallecidos por las altas temperaturas podría no conocerse a corto plazo, ya que "generalmente se confirman y notifican meses después del evento".
La región ha estado bajo un persistente estado de altas presiones, conocido como "cúpula de calor", que atrapa el aire caliente cerca del suelo y lo calienta aún más bajo cielos despejados y soleados.
La sequía en la región ha agravado la situación al impedir la dispersión de partículas contaminantes, disminuir la disponibilidad de agua y reducir la generación hidroeléctrica y el suministro de electricidad.
A principios de junio, México finalizó la tercera ola de calor del año tras 15 días de intensas temperaturas; la primera se registró a mediados de abril y la segunda, del 3 al 13 de mayo.
El Gobierno mexicano ha pronosticado al menos cinco olas de calor entre marzo y julio.
En Estados Unidos, las temperaturas han aumentado esta semana en el noreste y se espera que persistan, afectando a unos 75 millones de personas, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
El NWS ha añadido que la llegada temprana del verano, el calor persistente durante varios días, los vientos ligeros y la falta de nubes son factores que agravan el peligro de esta ola de calor.
Según los científicos de WWA, olas de calor como esta son ahora cuatro veces más probables que en el año 2000, debido a las emisiones que calientan el planeta.