Jojutla, Morelos.- Con la publicación del decreto de creación en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, entró formalmente en funcionamiento la Unidad Especializada de Investigación de la Fiscalía Regional Surponiente para el Tratamiento de Cadáveres de Personas Desconocidas.

Esta unidad fue creada con la finalidad de dar seguimiento a la apertura de la fosa de Jojutla, y, a través del Ministerio Público asignado, realizar “todos los actos de investigación necesarios relativos a los hechos denunciados y todas aquellas diligencias que permitan la identificación de los cadáveres y determinar su destino final”.

De acuerdo con el decreto, el agente del Ministerio Público adscrito a esta unidad tendrá la facultad de solicitar colaboración de instancias federales, de otros organismos o de la sociedad civil para participar de diligencias procedimentales, cuando así lo permita la normatividad y dar intervención a otras unidades de investigación o especializadas, cuando en actuaciones existan datos de hechos posiblemente constitutivos de otros delitos.

En tanto, la Fiscalía Regional Surponiente, a través de la Dirección General de Investigaciones y Procesos Penales, deberá remitir las carpetas de investigación en las que se relacionen cadáveres de personas no identificadas (cadáveres de personas desconocidas) a la nueva Unidad Especializada de Investigación para su integración y resolución correspondiente.

Ya que a pesar de que la semana pasada la fiscalía exhumó de la fosa de Jojutla 45 cuerpos y dio digna sepultura a 44 en el panteón Jardines del Recuerdo, en el municipio de Cuautla, quedan pendientes nuevas diligencias para la extracción de otro grupo de cadáveres que fue descubierto debajo de la tarima que, se suponía, era el final de la fosa.

Además, la fiscalía está obligada a resolver no sólo las carpetas de investigación vinculadas a los cuerpos localizados en la fosa de Jojutla, sino a indagar y fincar responsabilidades a los servidores públicos de la fiscalía que incurrieron en una serie de omisiones e irregularidades en la inhumación de cadáveres, tales como la inexactitud en el número de cuerpos sepultados y el incumplimiento de protocolos de actuación.