Dijo que a raíz de agresiones sufridas por líderes de grupos invasores, se levantaron tres denuncias, una por el lado de los comuneros, la otra de parte del Ayuntamiento y una más de la Comisión Estatal del Agua y el Medio Ambiente (CEAMA); “sin embargo, y a meses de aquello, no tenemos resultado alguno”.
Explicó que hay incluso un recurso económico para dar continuidad a la construcción de la barda de protección a las 23 hectáreas ocupadas, sólo que debe ser ejercido durante este año. “Si la Procuraduría no nos entrega las resoluciones de las denuncias, estamos impedidos para actuar y los estaríamos perdiendo”.
Más adelante precisó que de 5.6 kilómetros de barrera de contención necesarios, se ha levantado uno. “Es urgente seguir antes de que sea demasiado tarde, pero en este momento dependemos del desahogo de las denuncias”.
Juárez Guadarrama dijo que sí es mucho el daño que se sigue ocasionado a la zona, “porque en los asentamientos humanos irregulares consistentes en unas 500 casuchas improvisadas, no hay ningún sistema de saneamiento. De tal forma que basura y aguas negras son vertidas al subsuelo con todo lo que eso representa para los mantos freáticos”.
Consideró que de ese universo de ocupantes, realmente serán unas 30 familias las que están establecidas, “los demás son sólo vecinos de la zona que tienen sus domicilios cerca y quieren quedarse con un espacio en El Texcal, donde se cuenta con seis abastecimientos de agua potable”.