Con la publicación de los decretos 699 y 700 en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad", ayer entró en vigor la disposición legislativa que otorga la distinción a ambos ayuntamientos, en víspera de la celebración del Centenario de la Revolución Mexicana.
De acuerdo con la motivaciones del decreto 699, Tlaltizapán fue el principal escenario movimiento agrarista del Ejército Libertador del Sur, encabezado por su caudillo el general Emiliano Zapata Salazar, durante los años más importantes de la Revolución Mexicana, de 1911 a 1918.
Este municipio fue elegido por Zapata para establecer su cuartel general no sólo por su ubicación estratégica sino porque la gente lo apoyaba en sus ideales revolucionarios y su fe lo ligaba fuertemente a la imagen religiosa del “Padre Jesús”, de la cual era muy devoto, y que visitaba en la iglesia del pueblo para encomendarse a él.
En febrero de 1916, Zapata comenzó el diseño de su tumba “mausoleo” en el atrio de la iglesia, con la finalidad de que al fallecer lo sepultaran allí junto con sus principales jefes más allegados.
Debido a las circunstancias políticas, Zapata no fue sepultado en su mausoleo, donde descansan algunos de sus jefes, como su primo Amador Salazar, el primero que se sepultó allí por el propio Emiliano.
También están los cuerpos de su sobrino Gil Muñoz Zapata, el general Pioquinto Galis, el general Jesús Capistrán, el coronel Ignacio Castañeda, Gregorio Castañeda, los hermanos Alberto, Modesto e Ignacio Maya y el general Emigdio Marmolejo León.
Su hermano Eufemio Zapata no fue enterrado en el mausoleo, pues Emiliano temía que le hicieran lo mismo que a su primo Amador, que a los dos días de sepultado, los federales llegaron a la iglesia y lo sacaron para quemar su cuerpo y dejarlo exhibido en medio del atrio.
El municipio de Tlaltizapán también fue escenario de una de las crueles masacres de civiles en la época revolucionaria, pues el 13 de agosto de 1916 el ejército federal, en venganza a Zapata, asesinó a más 250 personas, incluyendo niños y ancianos.
En el decreto 700 que distingue a Yautepec como municipio histórico, se detalla que ahí fue donde Zapata se dio cuenta que los hacendados de Morelos contrataron a Huerta para acabar con él, y que Madero carecía de toda autoridad para plantear una paz y el licenciamiento era un riesgo.
También en este municipio se encontraba la primaria llamada “Manuel Alarcón”, que después cambió por decreto de Porfirio Díaz a “Miguel Hidalgo”, donde el profesor Otilio Montaño dio clases y conoció a Amador Salazar, para luego convertirse en colaborador de Zapata.