“El presidente del partido (Juan Salgado Brito), responsabiliza al secretario de Gobierno (Guillermo Malo Velasco), y éste responsabiliza al entonces presidente del PRI. Bernabé le pegó a burundanga y así sucesivamente” comenta en torno al resultado Rodolfo Becerril Straffon, senador priista por Morelos 1994-2000 en su publicación “El Vía Crucis del PRI Morelense” en torno al resultado de esa elección, en donde reconoce que “la elección de candidatos, la designación de las presidencias municipales del partido. La dimisión de militantes, sectores y consejeros políticos fueron cuestionadas, el resultado de la elección produjo enojos diversos”.
Así concluyó la primer elección en la historia de México, que se organizaba y sancionaba bajo una estructura ciudadanizada, donde el gobierno debió aparentar ser un facilitador y dejó el papel de máxima y única autoridad, ahí concluyó primero en Morelos y luego en todo el territorio nacional, el sentimiento de que “El PRI es invencible”, “El Aplanadora”, “El Carro Completo”.
Tenían registro para inscribir candidatos a los diversos puestos de elección popular, 9 institutos políticos: PAN, PRI, PRD, PC, PT, PVEM, PCM, PPS y PDM. Según los archivos del Instituto Estatal Electoral, el PRI ingresó cerca de 166 mil sufragios, 34.30% de los emitidos; el PRD 162 mil el 33.56%; el PAN 86 mil, el 17.63% y el Partido Civilista Morelense 24 mil, el 5.14%; se anularon 15 mil, el 3.15% y los otros 5 partidos obtuvieron en conjunto 29 mil votos, el 7%, ninguno en lo individual superó la cifra de los sufragios anulados.
“El reto que enfrentaba el país era el de pasar de un sistema electoral caracterizado por la organización de los comicios como medio para que los ciudadanos ejercieran el sufragio, a otro en el que a más de ello, se organizara la competencia misma a partir de la aplicación de normas que ofrecieran posibilidades justas a los distintos partidos para el acceso al poder, mediante la disponibilidad de recursos y oportunidades diversas para convencer al electorado”, señala Víctor Samuel Palma, ex diputado federal priista.
El domingo 6 de julio, durante la elección para diputados federales, a nivel nacional el PRI dejó de ser mayoría, por Morelos 3 de los 4 distritos federales de Morelos fueron para los candidatos del Partido de la Revolución Democrática, y sólo el de Cuernavaca fue para el PRI, donde triunfó el ex alcalde Alfonso Sandoval Camuñas sobre el empresario y ex priista Raúl Iragorri por un margen de 8 mil votos; en los otros 3 distritos el PRD fue en alianza con el Partido Civilista, y ahí superó al PRI por 13 mil votos en el segundo distrito y por 5 mil en el tercero y cuarto, esa fue la única ocasión en que el PRD fue la primera fuerza en el estado, lo que lo colocaba en la antesala de la gubernatura, sobre todo si se toma en cuenta que la siguiente contienda era la primer constitucional concurrente el primer domingo de julio del 2000.
TODOS CONTRA TODOS
La designación de candidatos en cada uno de los 9 partidos políticos que participaron, la que más movilización provocó fue la de aspirante a la presidencia municipal del Cuernavaca; 3 de los cuales militaban o militaron en el PRI y en conjunto obtuvieron casi 70 mil votos: Ana Laura Ortega del PRI, 37 mil 117 votos; el ex secretario de Finanzas tricolor durante el gobierno de Antonio Rivapalacio López, Jorge Pérez Bello, por el PRD, logró 25 mil 562 votos; y el ex diputado local y ex candidato a diputado federal en 1988, por el PRI, Alejandro Mojica Toledo; Sergio Estrada Cajigal del PAN logró el triunfo con apenas 400 votos más que el PRI, con 37 mil 517.
Los otros contendientes fueron: Gerardo Reyes Ortiz, por el Partido Cardenista; Javier Demesa Castro del Partido del Trabajo; Adriana Mujica Murias del Partido Verde Ecologista de México; Juan Blechen Nieto del Partido Popular Socialista y José Alfredo Miralrio Rodríguez del Partido Demócrata Mexicano.
EL PRI tuvo como dirigentes desde la elección de 1994, a Jorge Trade Nieto, Eduardo McMahón y para la elección de candidatos y durante la campaña a Juan Salgado Brito, quien tenía conocimiento y trayectoria dentro del Revolucionario Institucional, a nivel local como ex alcalde de Cuernavaca, ex representante popular a nivel local y federal y ex dirigente de esta organización, como lo señala el entonces senador Rodolfo Becerril, la designación de candidatos se complicó por la inexistente comunicación entre el inmueble de Amacuzac y Yucatán y el edificio frente a la Plaza de Armas.
Cuernavaca, advierte las diferencias, entre una amplia lista de “posibles”, al final se mencionaban los nombres de el ex oficial mayor Ariel Homero López Rivera; el ex subsecretario de Gobierno Víctor Manuel Saucedo Perdomo, quien pretendía la nominación por segunda ocasión, y la ex subsecretaria de Gobierno Ana Laura Ortega Vila, hija del ex gobernador Lauro Ortega Martínez; la designación con un interesante nivel de inconformidad por parte de grupos de priistas de fue a favor de Ortega Vila.
Quienes conocieron la construcción de la campaña, advierten que al no ser incluidos en la fórmula, los seguidores del ex gobernador Antonio Rivapalacio López, tomaron la decisión de no apoyar a su organización, algunos afirman que impulsaron las candidaturas de otros ex priistas como Mojica Toledo y Pérez Bello, sus partidos lograron incluir regidores y diputados plurinominales, con la aportación de votos que lograron PRD y PCM, en la elección federal de julio según cuenta el ex presidente del PRD Julián Vences Camacho, ambos partidos fueron en alianza en 3 de los 4 distritos federales, electorales y en los mismos obtuvieron el triunfo; en Cuernavaca el empresario Raúl Iragorri fue una determinación del Comité Nacional, con la intervención de Graco Ramírez. Se quedó a 9 mil votos del único vencedor priista, el ex presidente municipal Alfonso Sandoval Camuñas.
Luego de que la nominación se determinó en Palacio de Gobierno, el doctor Lauro Ortega intervino directamente en la construcción de la campaña, en una ocasión se reunió con el empresario turístico Héctor Morales Bejar, en un edificio de la calle de Leyva que el empresario ponía a disposición de la abanderada tricolor para que fueran sus oficinas de campaña, al recorrer los espacios recién alfombrados, el empresario indicó: “Don Lauro éste es el joven ingeniero de quien le platique, es muy profesional y está listo para involucrarse en la campaña en donde la candidata disponga”. El ex gobernador respondió: “usted disponga las funciones, recuerde que usted es presidente del comité de financiamiento de la campaña”, y ambos continuaron el recorrido solos por el inmueble.
La intención del ex mandatario era que fuera una campaña incluyente, en donde cada área quedara integrada por comités donde todos participaran y así se los expresaba a los grupos que acudían hasta su propiedad en Xochitepec para involucrarse en ese proyecto, muchas de las decisiones en torno a la organización de la estructura también se tomaban en palacio de gobierno, y aquellas oficinas se les atribuyó la realización de un spot de radio que se difundió al final del proceso y que decían estaba dirigido al candidato panista Sergio Estrada, en el cual se señalaba en lenguaje despectivo que sólo los “nacos” se dedicaban a la política. Según Alfonso Pedroza Ugarte, coordinador de la campaña panista en Cuernavaca, ése fue uno de los errores que ayudaron a impulsar la determinación ciudadana que les daría el triunfo.
Fue una campaña con varios equipos, todos trabajando en diferentes direcciones: uno integrado con la intención de impulsar el triunfo desde la perspectiva del ex gobernador, otra con el control presupuestal y mediático, tomando decisiones desde palacio de gobierno y un tercero que circulaba en torno a la candidata y que era ajeno a las acciones realizadas por las otras dos estructuras. El comité directivo estatal buscaba asumir el control de la elección en toda la entidad, y era también ajeno a lo que sucedía en la capital.
La elección de candidatos del Partido de la Revolución Democrática se determinó en el Comité Nacional; Julián Vences, líder perredista en ese proceso, recuerda que todavía existía mucho control gubernamental, había exceso de dinero a favor de los candidatos oficiales y se compraba el voto. “Eloy Ortiz era visionario, un día me dijo que debíamos esperar a que el PRI designara candidatos y pactáramos con los inconformes, por ello sacamos un acuerdo de consejo para esperar la designación de candidatos (los estatutos de la organización establecían el método de elección interna) y remontar así el estatuto”.
“En el PRI se van a dar con todo” previeron ambos, y “vamos a dedicarnos a buscar heridos, de ahí sacamos candidatos”, acordaron y luego le suspendieron sus derechos como líder bajo el argumento de no emitir la convocatoria, lo que generó el espacio desde el cual Graco Ramírez intentó ser el candidato para Cuernavaca, en la Posada Tlaltenango le pregunté -agrega Julián Vences- a Andrés Manuel López Obrador, presidente del PRD nacional en ese momento, la relación de Ramírez Garrido con el PRD, ya que meses antes se había declarado diputado independiente con Adolfo Aguilar Zinser y su cuñada Ana Lilia Cepeda. Éste respondió que tenía garantizados sus derechos, yo le informé entonces, que por acuerdo decidimos que el candidato de Cuernavaca sería externo, Leonel Godoy reclamó la legalidad interna y así fue designando finalmente Jorge Pérez Bello, al frente de una fórmula en la que también participaron Salvador Sandoval como síndico propietario, Jorge Messeguer como suplente y la actual directora de Cultura en el Distrito Federal, Elena Cepeda de León, como cuarta regidora propietaria.
De los acuerdos con priistas, Vences Camacho recuerda el realizado por el grupo que propuso a Adolfo Barragán Cena, quien triunfó en Jiutepec; el del grupo de Yautepec, donde el PRD triunfó por tres votos con Ramón González Castrejón, sobre Agustín Alonso del PRI; en Cuautla llevaron como candidato a otro simpatizante priista, Francisco Rodríguez Montero, así, dice, “construimos acuerdos que nos dieron importantes triunfos”.
CUERNAVACA PARA EL PAN
En una asamblea privada como las que siempre caracterizaron la designación de candidatos del Partido Acción Nacional, en el hotel Villa Bejar se confirmó un acuerdo pactado de que Sergio Alberto Estrada Cajigal Ramírez fuera el candidato a la Presidencia Municipal de Cuernavaca, previamente en las oficinas panistas de Privada de Piñanonas, el comité estatal, que encabezaba Adrián Rivera, el municipal de Javier López y el también aspirante y diputado federal Jesús Antonio Tallabs Ortega, habían acordado que el abanderado fuera el empresario que ingresó a sus filas en 1995.
Acción Nacional se caracterizó durante la década de los noventas, por ser una organización política de perfil testimonial, con una reducida militancia en Morelos y en Cuernavaca, el resultado en la elección federal de 1994, donde con el 22% logran integrar a Javier Alvarado Ibarez al Senado, lo consideraban un hecho aislado, por ello se preocupaban más los primeros lugares en los espacios plurinominales, como lo reconoce Estrada Cajigal, al asegurar que esa fue una de las razones por las que pudo pactar con Tallabs, junto con el compromiso de buscar el triunfo que en ese momento se veía difícil.
“Con mi papá y mi hermano Vicente sostuve una difícil reunión, que terminó con una serie de advertencias sobre mí, ‘no te van a dejar llegar’ me dijeron. En ese momento fui a casa de mi mamá y ella me apoyó, diciéndome que buscara mis objetivos”, recuerda de aquella época, el también ex gobernador, al confirmar que siempre confió en el triunfo.
El ser los primeros en iniciar los recorridos de proselitismo, recuerda, “en los otros partidos tardaron en definir quienes serían sus candidatos, cuando nosotros ya habíamos iniciado las visitas vespertinas y los recorridos tocando puertas”. Por su parte el coordinador de la campaña de Alfonso Pedroza, calcula que fueron cerca de 60 mil las personas a las que saludó de mano, durante toda la que califica como intensa y humana campaña que inició a bordo de dos vehículos viejos y blancos ambos, un Topaz, del coordinador, y un Cougar que estaba arrumbado en el taller del abanderado.
Luego comenzaron a llegar los apoyos del Comité Nacional, entre los que destacaron dos asesores de Torreón, fue un proceso con una organización y planeación pionera, por ejemplo tuvo una dosis de mercadotecnia, desde donde se creó el concepto “Juntos haremos el cambio” que dio pie a un promocional televisivo y radiofónico que se grabó en el ánimo de los electores, asegura Pedroza.
Las primeras caminatas se realizaron con un reducido grupo de simpatizantes: Oscar Cano, Edgar Contreras MacBeath, Alfonso Pedroza y Luis Antonio Pérez. El que más caminaba era el candidato, cruzaba las calles en zig-zag, en tanto el equipo de campaña tocaba puertas en ambos lados de la calle por donde se transitaba.
La parte más intensa fue en las unidades habitacionales como Teopanzolco, recuerda el entonces candidato, había que tocar y saludar en cada uno de los departamentos de todos los edificios de cinco pisos sin elevador, los del equipo de campaña se turnaban. El “próximo presidente de Cuernavaca” recorría todo, señala Pedroza, al recordar que llegó una tarde en que el candidato se veía y reconoció cansado de tanto caminar, sin embargo el ánimo y la confianza en el triunfo permitió concluir la jornada, “proceso en el cual no descansamos un solo día” asegura.
Una tarde en una sala de cine mientras veían la película “Evita”, salió un escena con una manta que consignaba “Perón será Presidente”, un ligero codazo del candidato al coordinador de campaña, determinó la impresión de anuncios con la leyenda: “Sergio será presidente de Cuernavaca”, así también determinaron, presentar ante los electores a Sergio Estrada como “el próximo presidente municipal”, actitud que asegura les permitió avanzar.
Algunas actitudes de los otros partidos generaron condiciones favorables para la propuesta de Estrada Cajigal, entre las que destaca la agresión de Gustavo Hernández Ruiz, esposo de la candidata priista, en la entrada de una radiodifusora, quien amenazó con golpear al candidato panista si éste continuaba expresándose mal de su compañera. De inmediato se trasladaron a la Procuraduría a presentar la denuncia correspondiente y luego recorrieron otras estaciones de radio denunciando aquel acontecimiento.
También, indican, les benefició la campaña de descalificaciones contra el panista, pues asegura el propio Estrada, “en aquel momento me convirtieron en un adversario serio y con posibilidades de defender y promover mi proyecto en torno a sus descalificaciones. Ahí decidí intervenir en la realización de algunos promocionales de radio y televisión, señalando que no existían muchos de los resultados que proclamaban de la gestión saliente de la capital, la cual seguía con el problema de los baches”, insiste Estrada.
Reunidos Alfonso Pedroza, Eduardo Becerra y Sergio Estrada en un restaurante de avenida San Diego, recuerdan como desde la Canacintra iniciaron la búsqueda de la alcaldía para Estrada Cajigal, surgió, en la crisis de 1995, a consecuencia del desorden gubernamental, la necesidad de participar primero en las organizaciones empresariales y luego en la política, por ello Pedroza y Estrada se afiliaron en ese año a Acción Nacional.
Comenzamos participando en las reuniones de los jueves cuando era presidente del comité municipal José Luis del Valle, ahí surgió la inquietud, cuando asumió la directiva Javier López se incrementó la intención, recuerda Estrada, al señalar, que pidió cooperación para comprar sillas, le pidió 20 pesos a cada militante, con eso y una aportación personal se compraron 40 unidades, cuando se determinó la candidatura empezó la construcción del proyecto.
Recuerdan cómo llegaron a la casa de la calle de Jalisco, donde se instaló la casa de campaña y que ahora alberga al Comité Directivo Estatal y lo primero que hicieron fue barrer el inmueble y reparar el sistema hidráulico, ya que los servicios sanitarios estaban deteriorados, así como la revisión del sistema eléctrico, a las pocas semanas ya eran “ríos de simpatizantes” advierte Pedroza, que afirma haber renunciado a su trabajo ante la seguridad del triunfo en plena campaña.
Las ideas y los recuerdos se atropellan, cuando el propio Estrada reconoce que en ese proceso los medios de comunicación impresos y electrónicos consideraban que el triunfo era para el PRI por ello su proselitismo fue más en las calles y de forma directa que mediática. La fuerza del gobierno se manifestó desde el inicio de la campaña “al ser el primer partido con candidato, acudimos al gobierno a solicitar la Plaza de Armas para realizar el cierre de campaña el último día autorizado para realizar proselitismo, la cual nos fue negada, argumentando que ya la habían solicitado”, recuerda.
“Por ello decidimos realizar una caravana y una concentración en la Glorieta del Niño Artillero, la llegada de tres grandes contingentes del norte y sur sobre avenida Morelos y uno más por avenida Juárez nos confirmó que el triunfo ya era nuestro”.
“Dormimos y vigilamos una semana el Comité Electoral Municipal”, el resultado dice Pedroza, fue el primer ‘voto por voto’ que se dio y tardaron una semana en reconocer que en promedio fue un voto en cada una de las casi 400 casillas de Cuernavaca “lo que logramos como ventaja”, concluye el que fue coordinador de la campaña, quien recuerda que la relación con el PAN a nivel municipal y estatal siempre fue de apoyo y sobre todo de respeto.
ELECCIÓN TOTALMENTE LIMPIA
El consejero presidente del Instituto Estatal Electoral, Teodoro Lavín, asegura que la elección mas transparente y democrática que se ha realizado fue la de 1997, se contó con un presupuesto inferior a 12 millones de pesos, cantidad suficiente para la realización de la misma, Rafael Laue, Clara Elena Pérez Santana, Humberto Valverde y José Luis Rodríguez Martínez fueron los consejeros, que a nombre de la ciudadanía tomaron las decisiones de acuerdo a los ordenamientos jurídicos vigentes para la realización de aquella jornada histórica.
La elección fue responsabilidad de un importante número de ciudadanos que confirmaron que cada voto se ingresó a las urnas se contabilizó a favor del partido y candidato al que le fue otorgado, en cada una de las casillas estaban los funcionarios electorales, los representantes de los partidos y los candidatos así como un “ejército” de observadores electorales, que representaban a organizaciones y a instituciones interesadas en conocer el funcionamiento del IEE Morelos y como respondería la sociedad ante la atípica situación que enfrentaba la entidad.
Durante los 15 días previos a la elección, Morelos protagonizaba diversos temas, por primera vez en su historia, un gobernador era implicado en un medio de comunicación extranjero con algún cártel del narcotráfico, a Jorge Carrillo Olea y a Manlio Fabio Beltrones, el New York Times les adjudicó una presunta relación con el Cártel de Juárez, controlado por Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, lo que provocó que los espacios mediáticos, se distribuyeran entre los señalamientos a nivel nacional contra el mandatario estatal y en los locales, “las expresiones de apoyo” por parte de delegados federales, intelectuales y cúpulas empresariales descalificando los señalamientos y la “guerra de descalificativos” que protagonizaban ya el PAN, el PRI y el PRD.
En los primeros días el senador Manuel Montalvo Medellín fue internado en un hospital a consecuencia de una serie de golpes que le afectaron la mandíbula, la dirigencia priista demandó el esclarecimiento de los hechos y mediante un desplegado firmado por los líderes de la CTM, denunciaban la existencia de un “oscuro operativo denominado Ave Azul, con el cual estaban agrediendo e infiltrando al PRI”, ya que aseguraban que al regresar de la Ciudad de México e ingresar a Cuernavaca, un grupo de militantes panistas a bordo de una camioneta Combi estaban arrancando la propaganda del PRI y cuando el legislador descendió de su vehículo para tomar fotografías, los “rijosos” lo golpearon. Días después también fue hospitalizada a consecuencia de una serie de golpes en el rostro la candidata priista a la alcaldía de Cuernavaca, Ana Laura Ortega, lo que también generó airados señalamientos.
En tanto Jorge Carrillo Olea atendía entrevistas con Ricardo Rocha y otros reporteros de medios nacionales, aquí se realizaban debates entre los candidatos en diversos foros, una reunión se llevó a cabo organizada por las cúpulas empresariales, y otra en el naciente Movimiento Nacional Anticorrupción. En los límites de Morelos y Puebla, días antes de la elección, en todos los medios de comunicación se publicaron imágenes de Manuel Bartlett y Jorge Carrillo Olea colocando la primera piedra de la Autopista Siglo XXI, obra que todavía no se concluye en la tierra de Zapata.
Los cierres de campañas de los tres partidos “grandes” advirtieron en sus cierres la importancia que les significaba la participación en la última elección previa a la federal, primera nacional con una organización ciudadanizada, primera para determinar autoridades en el Distrito Federal, para cerrar campaña: acudieron el presidente del CEN del PRI, Humberto Roque Villanueva, la lideresa de la CNC Beatriz Paredes Rangel y la lideresa del sector popular Elba Esther Gordillo Morales, ellos sí llegaron a la Plaza de Armas. Para el cierre perredista acudió Andrés Manuel López Obrador, en ese momento líder nacional del PRD y para el último evento en la Glorieta de las Palmas de los panistas, estuvieron presentes Diego Fernández de Cevallos, ex candidato presidencial; y Felipe Calderón Hinojosa, presidente entonces del comité nacional del PAN.
La última constancia de mayoría que entregaron las autoridades electorales fue la de Cuernavaca, el viernes 21 de marzo, el Congreso estatal quedó integrado por los diputados: Emma Margarita Alemán Olvera, Pedro Rubén Anzúrez Espinosa, María Cristina Balderas Aragón, Laura Adela Bocanegra Quiroz, Hugo Carbajal Aguilar, María del Rocío Carrillo Pérez, Luis Rubén Cifuentes Carrillo, Francisco Ricardo Argüelles Vargas, Erika Cortés Martínez, Ricado Dorantes San Martín, Pedro Felipe Figueroa Rabadán, Albino Franco Escobar, Fernando García Gómez, José Raúl Hernández Ávila, Elpidio Jaime Román, Benito Jiménez Zavala, Félix Javier Malpica Marines, Fernando Josaphat Martínez Cue, Arturo Mazari Arizmendi, Alejandro Mójica Toledo, Laura Catalina Ocampo Gutiérrez, Juan Antonio Reynoso Abúndez, Pascual Rodríguez Barrera, Maricela Sánchez Cortés, José Manuel Sánchez Santamaría, Víctor Manuel Saucedo Perdomo, Juan Ignacio Suárez Huape, Noé Suárez López, Rufina Villanueva Pacheco y Marco Antonio Xicoténcatl.
Esta legislatura le instauró el primer juicio político que un Congreso morelense le instauraba a su gobernador y recibió la solicitud de licencia para separarse del cargo de gobernador del general Jorge Carrillo Olea en mayo de 1994, y de designar al entonces líder estatal del PRI Jorge Morales Barud, durante un proceso de sustitución intenso que se prolongó durante casi una semana, ya que originalmente se anunció que sería Juan Salgado Brito.
El domingo 6 de julio los morelenses determinaron que sus representantes federales fueran: Alfonso Sandoval Camuñas, del PRI; Anastasio Solís Lezo, Gerardo Ramírez Vidal y Jesús Flores, por el PRD, cada uno triunfador en los cuatro distritos federales electorales, por la via plurinominal, ingresaron desde el PRD Carmelo Enríquez Rosado y Plutarco Emilio García Jiménez, y por el PAN Marco Antonio Adame Castillo, estos legisladores participaron en el primer Congreso federal que no tenía mayoría priista y que eliminó la figura gubernamental de Gran Comisión, que se encargaba de operar y aprobar las iniciativas gubernamentales. En aquella fecha Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, desde el PRD, se convirtió en el primer gobernante electo del Distrito Federal.
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