El edificio registra múltiples fallas.

A pesar de que tuvo un costo mayor a los 360 millones de pesos y a poco menos de cinco años de haberse inaugurado, la sede del Congreso del estado registra fallas que ponen en riesgo a los ciudadanos que lo visitan.

La ciudadanía que ha usado las instalaciones del Poder Legislativo -ubicadas sobre la calle Guillermo Gándara de  la colonia Amatitlán- ha sido testigo de los defectos que presenta el edificio; desde las llaves de los lavabos de los baños mal puestas hasta vidrios del palco del Salón de Plenos a punto de colapsar.

Apenas el lunes 16 de enero pasado, los elevadores dejaron de funcionar y ahora el temor de los empleados es que en algún momento puedan quedar atrapados.
También han denunciado que partes del techo del edificio se han caído, lo que implica  un riesgo para cualquiera que se encuentre dentro, sin contar también que la loseta de muchas oficinas se encuentra rota o desprendida.

Al cuestionarlo sobre la falta de mantenimiento a la sede del Poder Legislativo, el presidente de la Mesa Directiva, reconoció que el tema no se ha atendido, por lo que en los próximos días se presentará un proyecto a la Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos.

El legislador panista -responsable de la situación de parálisis que vive el Congreso- dijo que aún no se tiene proyectado el monto de inversión, pues aseguró que es poco el presupuesto que tiene el Congreso, aunque en realidad dispone de más recursos que lo que antes se destinaba a 30 legisladores, cuando ahora son solo 20.
Para este 2023 los legisladores se asignaron más de 530 millones de pesos.