El director general de los SSM, José Antonio Rodríguez Vargas indicó que la incidencia de este 2012 es similar a la de años anteriores, al recordar que es endémica de Morelos una de las especies más venenosas de alacrán para el ser humano (el Centruroides limpidus limpidus), lo que coloca a la entidad por sus condiciones naturales en los primeros lugares, en cuanto a ingreso a unidades de atención médica por este tipo de servicios.
Se estima que en la entidad hay de 30 mil a 40 mil casos al año, y la presencia de los alacranes no se limita únicamente a algún municipio del estado, por lo que la prevención de casos debe mantenerse en toda la entidad. Hasta la fecha, la mayoría de pacientes se han registrado en Tetecala, Jonacatepec, Axochiapan, Jojutla, Tepalcingo, Amacuzac y Yautepec, pero insistió en que podrían presentarse prácticamente en todo el territorio morelense.
En lo que va del 2012, según el dato oficial, se ha atendido a 4 mil 60 personas por picaduras de alacrán, y se han suministrado 6 mil 54 unidades de faboterápicos. En este sentido, cabe destacar que cuando una persona es atacada por el arácnido, es fundamental, no perder tiempo con remedios caseros, pues el veneno podría resultar mortal si no se atiende a tiempo y de forma adecuada.
En algunos casos persiste la creencia de que hay personas a las que “no les hace” el veneno del alacrán, lo cual está relacionado con varias condiciones, entre ellas incluso la posibilidad de que el alacrán haya atacado, pero no logrado a inyectar la ponzoña, por ejemplo. De ahí el llamado a que la población no se confíe y acuda de inmediato a la atención médica.
El funcionario informó que desde el inicio de año, se ha hecho un estudio sobre el suministro de faboterápicos en los centros de salud, con el propósito de garantizar la existencia en los mismos, y el suministro en las zonas donde podría haber más demanda.
Entre las recomendaciones que hace la autoridad sanitaria destacan: el encalar las paredes en viviendas, colocar mosquiteros o pabellones en camas, sacudir la ropa y los zapatos antes de utilizarlos, el aseo profundo en el domicilio y alrededores, la eliminación de escombros, e incluso sacudir las camas antes de acostarse.
Debido a sus hábitos de alimentación, los alacranes suelen salir de los sitios donde se esconden para “cazar” durante las noches o madrugadas, por lo que el mayor número de picaduras o ataques, suelen ocurrir a esas horas del día. De acuerdo con investigadores, es común que la persona afectada sienta un intenso piquete, y la sensación de ardor en la región; por lo general, al sentir el piquete con el movimiento, es frecuente que se vea el arácnido, pero no siempre es así, por lo que se recomienda que en casos de menores de edad, se haga una revisión cuando estos presentan llanto intenso sin aparente causa, y sean atendidos a la brevedad.