No obstante que se dijo golpeado, Daniel quedó en prisión preventiva, ya que la juez Patricia Soledad Aguirre Galván, consideró que hasta ese momento no había comprobado ser inocente, pero citó a las partes a otra audiencia que se celebrará el jueves 24 de septiembre al medio día en la Sala 2 de Juicios Orales.
“Yo fui obligado a declarar, porque me golpearon, me subieron a una patrulla sin saber yo por qué, pues me dicen que asalté al chofer de un microbús, pero no fui yo, sino el señor Gregorio Ríos a quien conozco pues es mi vecino”, dijo el detenido, que antes de que culminara la audiencia de ayer le pidió a la juez que le permitiera rendir su declaración.
En las últimas dos semanas diversos jueces de Control han instruido a la Fiscalía General del Estado (FGE) para iniciar investigaciones por los delitos de abuso de autoridad y lesiones, y las declaraciones de quienes han dicho que fueron torturados coinciden, pues aseguran que tras su detención son llevados al cuartel conocido como “Torre Morelos”, ubicado en la autopista Acapulco – México, en donde son conducidos a un gimnasio en el que son golpeados con tablas para no dejar marcas.
Sin embargo, algunas de las personas que sostienen que fueron torturadas han mostrado a los jueces hematomas (moretones) y otras huellas de violencia.
Sobre el caso de ayer, la Fiscalía General dio lectura al informe de los agentes del Mando Único que señala que recibieron una orden de la Central para dirigirse a la carretera que comunica a Xochitepec con el poblado de Alpuyeca, pues se había registrado un asalto.
El agraviado informó que dos hombres se subieron a la ruta en el centro de Xochitepec, y que le pidieron detenerse para ir al baño, pero al hacer alto uno de ellos lo tomó del cuello ahorcándolo y le puso una pistola en la sien.
El chofer dijo que los dos hombres que lo asaltaron huyeron con dirección a Alpuyeca.
Con esos datos, Daniel fue encontrado minutos después escondido en un sembradío, pero al rendir su declaración aseguró que no fue así, ya que él se dirigía a su casa cuando le dieron alcance los policías, que lo subieron a la patrulla a golpes.
“Yo ni sabía por qué me detuvieron. Yo sé quien pudo ser, porque sólo íbamos ese señor y yo en la ruta”, declaró.
La defensa alegó que ni siquiera hubo flagrancia en el delito y que tardaron en ponerlo a disposición del Ministerio Público más de cinco horas, pero la juez no tomó en cuenta tales elementos.
Finalmente el albañil quedó en prisión y fue conminado a reunir las pruebas suficientes si es que quiere salir libre el próximo jueves.