La ceremonia de cuerpo presente se realizó en la Torre Morelos y estuvo encabezada por el comisionado Estatal de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra; el secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén; el comisario de la Policía Federal, Teófilo Rodríguez Zúñiga, y el subsecretario de Gobierno, Omar Darío de Lassé Cañas, quienes montaron la primera guardia de honor.
“Los policías son servidores de la ley, los que patrullan diariamente por las calles, los que acuden al llamado de emergencia de un hombre, mujer o niño, y afrontan situaciones de peligro que pueden costarles la vida. Gerardo Hernández Rangel y Crescencio Reyes Rodríguez quedarán en la historia de la Comisión Estatal de Seguridad Pública como hombres valientes que defendieron la seguridad hasta el último suspiro de sus vidas”, dijo Capella Ibarra, y refrendó su compromiso no sólo de esclarecer el doble homicidio y dar con los responsables, sino de otorgar a los deudos la indemnización y prestaciones a que tienen derecho.
Posteriormente se realizó el último pase de lista de los elementos, el toque de silencio a cargo de la banda de guerra y por último los fusileros de la CES efectuaron tres salvas de honor.
Finalmente, Capella Ibarra y el secretario de Gobierno Jorge Messeguer entregaron a las familias la fotografía, la bandera y las constancias que amparan los seguros de vida para los deudos.
El policía Gerardo Hernández Rangel tenía una esposa y un hijo de cuatro años; mientras que su compañero Crescencio Reyes Rodríguez, deja esposa y cuatro hijos de 17, 14, 10 y seis años de edad.
En entrevista, en titular del CES informó que se requirió el apoyo del Ejército y de las policías del Estado de México para sellar la frontera con Morelos, específicamente en las zonas de Los Altos de Morelos y Oriente, donde se dieron golpes importantes a bandas dedicadas principalmente al robo de vehículos y que buscan retomar el control de este territorio y que utilizan como refugio entidades vecinas.