El secretario de salud Víctor Manuel Caballero Solano informó que este problema es atendido durante todo el año, en virtud de que el estado es endémico, es decir habitualmente hay alacranes cuyo veneno es de los más potentes. Sin embargo reconoció que en la época de calor que ya comienza prácticamente, hay un repunte.
Al respecto, dijo que se han tomado las medidas correspondientes, entre estas dotar a las unidades de salud del suero antialacrán, sobre todo en los municipios de mayor incidencia que son Jonacatepec, Axochiapan, Ayala, Cuautla y Jiutepec, donde hay mayor tasa por densidad de población y por el grado de toxicidad del veneno del alacrán.
Y es que recordó que en el estado existen seis de las variedades de alacrán más importantes, o considerados de los “más malos o venenosos” y se concentran en dichas regiones.
Refirió que en años anteriores, en Amacuzac tuvieron un problema importante en cuanto a ataques del arácnido, por lo que desde entonces se promueve la capacitación a la comunidad en torno a lo que se debe hacer en casos de picadura, que es acudir de inmediato al médico y las formas de prevenir.
En este rubro, dijo que es importante que se encalen paredes, se coloquen pabellones en las camas, se utilicen mosquiteros en puertas y ventanas, sacudir los zapatos antes de usarlos y en general mantener la limpieza, evitar la acumulación de objetos o piedras en el patio o el interior de las viviendas.
Enfatizó que otro de los factores que han incidido en la disminución de las picaduras, es que actualmente desde cualquier punto del estado hay una unidad de atención médica a una distancia de menos de 30 minutos.
Caballero Solano informó que este año se instalarán los llamados pabellones medicados, que son un tipo de mosquiteros que originalmente se han usado para monitorear el comportamiento del mosco transmisor del dengue, pero que también servirán para evitar las picaduras del alacrán y de las llamadas chinches besuconas que transmiten el mal de Chagas.
Estos pabellones se colocarán en las viviendas en zonas donde hay más incidencia y se habrá de medir su eficacia en cuanto a disminución de casos.
Resaltó que la población de mayor riesgo son los menores de cinco años, porque juegan y no saben explicar ni identificar qué les picó y los síntomas que tienen. Alrededor del 60% de los casos afectan a menores de 12 años de edad.