La funcionaria federal indicó que no hay un dato específico del número de indígenas que ha llegado a territorio morelense, originarios de poblaciones de otras entidades, “pero sí hemos constatado el gran número de personas que vienen del estado de Guerrero”.

Dijo que por ello se elabora un diagnóstico para contar con datos más certeros de cómo ha aumentado la población indígena en el estado y por tanto el grupo al que se debe atender.

Comentó que “se podría decir que se trabaja con una población de 70 mil 393 indígenas en Morelos, pero no es un dato real porque cada día llegan más”.

Benítez Bello aceptó que uno de los factores por lo que los indígenas salen de Guerrero es la violencia y la mayoría están concentrados en los municipios de Ayala y Tlaltizapán.

A decir de la funcionaria, tanto los indígenas de Morelos como los que llegan son atendidos, pero aceptó que se buscan mecanismos para poderles ayudar con varios programas, porque la inmensa mayoría de quienes llegan a la entidad no cuentan ni con actas de nacimiento.

“¿Cómo poderles ayudar si no cuentan ni con documentos? Entonces, estamos primero haciendo un diagnóstico, con un trabajo de campo para saber cuántos son, qué requieren, cómo se les apoya para obtener la documentación oficial y poder incorporarlos a programas federales oficiales.”

Rosbelia Benítez estimó que el referido diagnóstico podría estar listo en un semestre, porque el incremento de los migrantes ha sido mucho mayor en los últimos meses.

La entrevista se realizó en el marco de la conferencia de prensa semanal, en la que delegados de instituciones federales informan sobre los avances de la labor que han realizado.

En este contexto, se informó el acuerdo de colaboración de la CNDPI con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a través del cual se invirtieron en 2014, más de 26 millones de pesos para garantizar que todas las poblaciones indígenas de la entidad cuenten con el suministro de energía eléctrica.